Panorama Político Salteño
Paro docente

Tras el "reto" del Papa, Cargnello analiza soltarle la mano a "Monseñor" que quedó en la cuerda floja

Problemas entre la educación, la política y la iglesia por el párate en las escuelas. (Dibujo: NOVA)

A finales de agosto los ánimos en salta no eran los mejores. Con un recrudecimiento del paro de docentes autoconvocados, agremiados, técnicos y privados, el silencio del Gobierno y su insistencia en no dar el brazo el torcer para no rebajarse ante aquellos que no tienen una representación por parte de los distintos sindicatos, no causó más que desesperación y el recrudecimiento de las medidas de fuerzas.

Pese a que distintas instituciones, organizaciones, políticos y funcionarios de distintas tallas solicitaron al Gobierno de Salta que las partes involucradas (Ministerios de Educación y Economía) abran el diálogo para que los niños, niñas y adolescentes de toda la provincia puedan volver lo antes posible a las aulas, a Matías Cánepa, titular de Educación, "no le entraban balas" y se mantenía fuerte en su postura de superioridad frente a la "plebe" de delantales blancos.

Incluso la Iglesia tuvo que irrumpir para que esta situación no llegara a tomar ribetes más graves, luego de una represión policial que recorrió los medios de todo el país, de enfrentamientos entre docentes y policías por los acampes, el vallado de una Plaza en plena democracia, y las docentes encadenadas y en huelga de hambre afuera del Centro Cívico.

El primero en tomar la iniciativa en Salta fue el Obispo de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán. Luis Scozzina, elevó un comunicado en el cual brindaba el apoyo a los y las docentes que se mantenían con la medida de fuerza, dejando a sus hijos en casa y al cuidado de otras personas para luchar por un sueldo mejor. Dl sacerdote, citó palabras del Papa Francisco cuando mencionó que "el auténtico diálogo social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos". Allí también suplicó "a Dios que inspire a quienes tienen bajo su responsabilidad la educacion en nuestra provincia y se llegue a la mayor brevedad posible a la solucion de este conflicto", con un claro mensaje hacia una oveja un tanto descarriada en los últimos años: Matías Cánepa.

De público conocimiento es que el ministro, a quienes muchos apodan “Monseñor” es un ferviente creyente de la religión católica, devoto del Señor y la Virgen del Milagro, e incluso docente en la Universidad Católica. Pero las palabras de Scozzina resbalaron como las lágrimas de la docencia sobre los escudos de Infantería.

Al poco tiempo el Papa Francisco en un fuerte discurso, habló del comportamiento reprochable de los políticos a quienes tildó de hipócritas y acusó de vivir dos vidas diferentes. además, mencionó que en la Iglesia también hay gente hipócrita "por desgracia", y esto caló bastante hondo en el Opus Dei salteño que se mantenía al margen del conflicto docente. Tras ello, no solamente Scozzina pidió una pronta solución a Cánepa, sino que habría intervenido hasta el arzobispo salteño, Mario Antonio Cargnello. Es que, el silencio del auténtico "Monseñor" causó molestia dentro de la curia que se mostró en apoyo al comunicado del Obispo de Orán que llegó a incrementar la grieta y el desacuerdo que hay en la Iglesia con la conducción actual y ya hasta se plantea que es hora de un cambio "generacional".

De todas formas, Cánepa solamente se cerró en su idea de no darle entidad a los autoconvocados hasta que la Justicia, a través del Procurador General, decidió irrumpir. Solo ahí recibió a las docentes en huelga a quienes miraba de costado y por arriba de su hombro derecho. ¿Conclusión? A Monseñor Cánepa no le quedó otra que dar a torcer el brazo con la docencia salteña y dejar mal parados a los gremios que una vez más vendieron la dignidad de sus representados. Si sigue o no en el plantel del Gobierno para los próximos dos años, nadie aún lo sabe, aunque su salida ya estaría cantada.

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