Es bastante común que, tras alguna elección legislativa, los jefes comunales o gobernadores implementen distintos cambios dentro del gabinete que conducen. En esta ocasión, Salta no será la excepción puesto que, obligadamente, deberá nombrar a alguien al frente de la Secretaría General de la Gobernación y, allá por diciembre, a un nuevo titular en la cartera de Prensa. ¿Los reemplazantes? Todo indicaría que se trata de dos viejos conocidos.
La primera variante obligada que tiene el gobernador Gustavo Sáenz, es el puesto que dejó vacante el “Eterno Perdedor” de las elecciones salteñas Matías Posadas, quien se negó a renunciar a su cargo para dedicarse a la campaña, y defendió su decisión a capa, espada y hasta a arañazos por ahí, terminó abandonando el barco tras su (nada sorprendente) abrumadora derrota en la categoría de senador provincial, donde fue superado hasta por la cantidad de votos en blanco. Fue al primer día hábil tras los comicios cuando, inesperadamente, el mentor del Frente Plural anunciaba por Twitter que había presentado su renuncia y agradecía, como lo hacen todos, al mandatario por su confianza. Puertas adentro del despacho que el pluralista solía ocupar en una de las alas del edificio de Casa de Gobierno en Grand Bourg, aseguraron que estaba “re caliente” porque dentro de sus mismas filas hubo gente que le jugó “chueco”.
Quien ya se puso en campaña para llenar ese vacío es otro que quedó afuera de las elecciones pasadas, aunque éste ni siquiera tuvo oportunidad de competir. El hombre que cobró un sueldo por casi tres años y medio de la Cámara de Diputados gracias al arrastre que generó en 2017 la candidatura a legisladora de Bettina Romero, fue ignorado por sus pares, por funcionarios y por las más altas esferas políticas del saencismo cuando en 2019, al asumir la actual gestión, quiso llegar a reemplazar al cacique Godoy en la presidencia del cuerpo legislativo. Este año, nadie quiso llevarlo en las listas provinciales; y mucho menos en las nacionales; por lo que todo indicaba que a fin de año debía volverse a su casa. Pero no, siempre hay segundas oportunidades en política y Ricardo Javier Diez Villa, tendría todo preparado para asumir en la Secretaría General y sacarle un poco de responsabilidad su tocayo incendiario verbal, Villada.
Otro que arrima las narices ya sin disimular demasiado sería Juan Pablo Rodríguez. El ex estratega de campaña de Juan Manuel Urtubey es habitualmente consultado, como un gurú, por políticos y funcionarios de la gestión actual, aunque su asesoría no es nada económica, dicen los que lo conocen. Entretenido por estos días con la campaña nacional y las encuesta que realizan sus “quioscos” en toda la provincia, se menciona en Grand Bourg que el ex ministro de Gobierno y jefe de campaña U estaría en las tratativas para, a fin de año, ponerse al hombro la Secretaría de Payasadas de Salta que, tras el alejamiento de sus titulares Víctor Lamberto y Guillermo Kripper (Timón y Pumba como los bautizaron) quienes asumirán como diputado y concejal capitalino respectivamente, volvería a llamarse “Prensa”, al menos por un tiempo.
El “operador político”, inmortalizado en un libro de un periodista local que lo comparó con un antecesor de la época de Juan Carlos Romero, ya tiene experiencia dirigiendo ese cargo. Durante el mandato de su ex jefe (y aún amigo), Juampi se desempeñó como secretario de Comunicaciones de la provincia, cargo que heredó su hermano, Matías, al empezar a jugar en las grandes ligas. Las malas lenguas del GB, aseguraron que la salida de Vitín y Guillo, y la posible llegada de Rodríguez, no tiene nada contento al “Mono” quien era el encargado, hasta ahora, de controlar dicha área a su gusto; y entre eso se encuentra, obviamente, la pauta oficial.