Pero con Milei está ocurriendo algo distinto. La gente no protesta, no se enoja. Paga mucho más un servicio, el combustible, el kilo de carne, pero el que se queja es “kircho” y el que se la banca apuesta fuerte por este cambio que se propuso en campaña. El ajuste, por más severo que sea, mantiene aliados a los damnificados. De no creer.

Eso mismo ocurre con el sector de la docencia. Diferentes relevamientos llevados a cabo por los gremialistas salteños entre los docentes, arrojaron cifras alarmantes para los dirigentes ya que, en los últimos paros nacionales convocados entre marzo y abril, el acatamiento fue menor al 15 por ciento, lo que dejó en claro que, a pesar de reclamar algo tan fundamental para sus economías como lo es la quita del Fondo de Incentivo Docente (FONID), no se manifestarían porque prefieren esperar a que el país salga adelante.

Esto llevó a que Emilia Orozco mencione que, en su supuesto contacto permanente con la gente y la docencia, muchos le aseguraron no estar disconformes con la gestión nacional, aunque le bajaron el sueldo, ya que prefieren tener un sueldo más acorde a la situación. Luego trató de desviar la atención hacia el gobierno provincial, y ahí se despierta otra paradoja.

Es que provincia ya dijo que no se hará cargo del FONID porque es un derecho adquirido a nivel nacional, pero el docente todavía banca a Milei entonces no hace paro. El “mileicista” quiere parar contra provincia, pero en Salta (salvo por paritarias) no existe motivo real para manifestarse. ¿Cuál es el resultado? Los docentes dando clases, los chicos en las aulas, los “zurdos” sin laburar en el campamento de la plaza y menos plata en el bolsillo, aunque no están los que se robaron todo, pero algo hacían. Todo churo por ahora...