Política
Manejos sospechosos

Sáenz y su círculo rojo: la pauta, "El Mono" y las bananas

El Gobierno de Salta quiso domesticar a los medios con el cese de la pauta. (Dibujo: NOVA)

Luego de que se conociera el informe del sitio web Salta Transparente, hubo varios tirones de oreja en Grand Bourg. Aunque el terremoto pasó rápido a fuerza de coronavirus, algo quedó claro: la pauta es más un favor a medios amigos que otra cosa.

Asumido Gustavo, se inició una marcha triunfal hacia la casa de gobierno de la provincia, allí se tomó juramento al malogrado gabinete saencista. Un día después juraron los secretarios y los cargos menores. Entre las personas que salieron exultantes ese día se encontraba el conocido periodista Vitín Lamberto, quien fuera candidato testimonial a intendente de Gustavo Sáenz en una de las tantas listas colectoras mediante las cuales Gustavo llegó a la gobernación.

Vitín asumía como secretario de Prensa de la provincia de Salta, un honor… Tendría a su cargo a más de 120 personas y operaría personalmente la comunicación de su hermano del alma, Gustavo Sáenz. Lamentablemente el sueño duró poco y en la intimidad de una oficina de la gobernación, ante la presencia de tres personas se le comunicó: “A la prensa de Gustavo la maneja Eugenia (De Vita) y a la pauta publicitaria la manejo yo”.

El interlocutor era nada más y nada menos que el mismísimo y misterioso Nicolás “El Mono” Demitrópulos, flamante coordinador administrativo de la Gobernación y mano derecha de Gustavo Sáenz. Hombre proclive a estar presente en todo lugar en donde deba dirimirse el destino de cualquier partida de dineros públicos que haya disponible para cualquier fin, y la pauta publicitaria no era una excepción.

Vitín, sin poder llevar adelante la prensa de su amigo del alma Gustavo (recayendo dicha responsabilidad en una joven cuyo mérito es ser la hija de otro hombre cercano a Sáenz, el inefable Francisco De Vita, titular de FM Pacífico y gran beneficiario de una jugosa pauta oficial a pesar de no mover el amperímetro), además estaría en el lugar incómodo de tener que explicar que él no manejaba nada de nada, que todo recaía en “El Mono”.

Y así fue como “El Mono” quiso en un principio domesticar al resto de las fieras mediáticas de la jungla y banana en mano dejó algo muy en claro: “Se frena el pago de toda pauta”. Como consecuencia, además de arrancar risas varias, una tormenta de malas noticias cayó sobre Salta: la muerte de niños wichis, el paro docente que desnudaba la falta de humanidad del ministro Matías Cánepa y hasta del propio gobernador y hasta los horrores de Josefina Medrano repercutieron tanto que los teléfonos comenzaron a sonar en varios medios locales.

Cuenta una anécdota que el dueño de un canal de televisión “federal” logró cobrar no solo todo lo que NO le habían pagado, sino además hacerse de un aumento del 45 por ciento en la pauta de sus -muchos- medios. "El Mono" quiso nadar entre tiburones y tuvo que salir corriendo a apagar varios incendios, muy a regañadientes y no sin antes cometer varios errores (para estar a tono con la gestión que representa). Así, fue tan grande el incendio generado que se asustó y se gastó toda el agua en minutos, sin pensar que los medios salteños son muchos y vivimos en la era digital. La plata se había acabado y el administrador había quemado un presupuesto gigantesco en 5 medios, dejando un montón de bocas sin alimentar, incluso de medios que habían hecho campaña, oportunamente, para el mismísimo jefazo.

El pobre Vitín se vio aplicándole el gancho a los caprichos del dios griego y poniéndole así el pecho a un presupuesto de más de 245 millones de pesos en pauta publicitaria para tres o cuatro medios afines y amigos, sospechoso. El hombre se está haciendo responsable por las macanas de otro, y encima el resto de los medios no aflojan… Por esto la imagen de Gustavo quedó en el tacho, llegando a medir 35 por ciento de positiva y siendo que hace un par de meses el número uno no marcaba menos de 60 por ciento. Una monada.

Queda dando vuelta en el tintero la estrategia seguida por el simio fuerte. Derramar tanto recurso en tan pocos medios, que en algunos casos generan menos repercusión que una porción de sushi de bagre, es muy sospechoso. Los más desconfiados dicen que en el reparto de la pauta oficial se huele a “Mono” encerrado, o gato, perdón. El tema da para largo y las cifras son grandes. Mientras, la imagen de Sáenz cae rápido y ya se comienza a hablar de culpables. Aunque no se note.

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