
Finalmente, y luego de dos años de estar en la mira de la Justicia, la Unidad Fiscal dio a conocer el decreto de citación a audiencia de imputación al ex secretario de Seguridad de la provincia, Benjamín Cruz, como supuesto autor del delito de tráfico de influencias.
Todo surgió cuando el ex director General de Políticas Penales de Salta, Ángel Sarmiento, señaló a Cruz de haber ordenado el ingreso de Dario Monges a la Unidad Carcelaria de Orán, aduciendo ser asesor del Ministerio de Seguridad, para mantener una "misteriosa" reunión con el peligroso sicario, Oscar "Cabezón" Diaz, quien purga una condena por delitos narcocriminales.
Pero para hacer un poco de memoria sobre el caso Monges, que fue, en definitiva, el que destapó una red de corrupción, hay que volver en el tiempo y recordar aquel 2 de septiembre de 2022, cuando un llamado al Sistema de Emergencias 911 alertó sobre la presencia de un cuerpo hallado en el interior de una camioneta Ford Eco Sport, en la zona sudeste de la capital salteña, el cual presentaba, aproximadamente, cinco disparos de arma de fuego en la cabeza, con un corte profundo a la altura de la garganta y signos de haber sufrido, previo a su muerte, una brutal tortura.
El caso conmovió a toda la sociedad y despertó una serie de interrogantes que llevaron a la Justicia a realizar una investigación exhaustiva donde, con el correr del tiempo, se vieron involucradas varias figuras del séquito político de Salta. En principio, se logró la detención de Roberto Catalino Bejarano y sus hijos Santiago Ismael y Roberto David, acusados y llevados a juicio por ser autores materiales del atroz crimen. Sin embargo, había algo que quedaba pendiente y era saber quién o quiénes estaban detrás de la orden para "liquidar" a Monges y el móvil del asesinato, algo que, después de dos años, la Justicia no puede, o no quiere, resolver.
Cabe recordar que, al momento de los hechos, el titular de la cartera de Seguridad de la provincia era el ex juez federal, Abel Cornejo, quien, al tomar conocimiento de la acusación del entonces director de Políticas Penales, Ángel Sarmiento, ordenó el inicio de un sumario y remitió el caso al Ministerio Público Fiscal para que investigue un posible delito de acción pública; resultando imputado el ex funcionario, dejando a Cruz afuera de la investigación y únicamente como testigo. Pero en las últimas horas, la Justicia resolvió dar un giro en la causa y cambiar la situación de Benjamín, ordenando la imputación del mismo.
Varios puntos oscuros rodean la investigación en torno al homicidio de Monges. Por ejemplo, ¿por qué el actual intendente del municipio de Vaqueros, Daniel Moreno, negó conocer al asesor político cuando, en realidad, después se comprobó que era uno de sus empleados de confianza, inclusive asesor y amigo personal? Llamativamente, Moreno, ni bien supo del crimen, mandó a borrar de todas sus redes sociales toda prueba que lo vinculara con el occiso, pero lo que no pudo frenar fue la "lengua" de sus allegados y vecinos de la localidad, quienes "lo incendiaron", dejando en evidencia al intendente.
Otro punto llamativo es: ¿por qué la Justicia, en ese momento, desestimó las declaraciones públicas de Sarmiento, decidiendo abrir una investigación en su contra como "autor de los delitos de abuso de autoridad y revelación de secretos calificados en perjuicio de la administración pública", y sacando del foco a Cruz, quien "llamativamente" había mandado a montar una garita policial, con guardia permanente, en la puerta de su casa ubicada en un barrio de la zona norte de la capital salteña, donde a tan solo cuatro cuadras vivían los sindicados de matar a Monges, además de salir custodiado "hasta los dientes", él y su familia?
Habrá que esperar para saber a ciencia cierta cuál es la intención de los fiscales para volver a poner bajo la lupa a Cruz, quien, desde su salida “bajo poncho” a las filas de Bettina Romero y su posterior fracaso electoral en San Lorenzo, se mantuvo con un perfil ultra bajo para no levantar polvareda. Por lo pronto, en Alcaidía esperan con ansias que un “no hijo de vecino” llegue, aunque sea al pabellón D, también conocido como el VIP.