Tras sus dichos, los K salteños pusieron el grito en Buenos Aires y, desde allá, habría llegado la bendición para que Walter Wayar fuera quien lidere el espacio, ya que alguien pintaba bien como Fraco Hernández Berni, es demasiado "osista" como para despegarse de las decisiones de su jefe político.

Hoy los máximos referentes del kirchnerismo en Salta, en cuanto a lo dirigencial, son sin dudas Leavy, Mauro Sabbadini, Jorge Guaymás y el propio Wayar. El Oso demostró ser poco confiable en cuanto a la representatividad del sector en las pasadas elecciones nacionales en donde, desdibujado, ni siquiera interfirió en la imposición de Emiliano Estrada y Pamela Calletti como candidatos a diputados nacionales por parte de Nación y de Provincia.

Eso causó que el "hippie con OSDE" de Sabbadini fuera por un partido aparte a las urnas junto al Tane De Souza Correa, y que el tuneado Jorge Guaymás, con dentadura nueva por ese entonces, enfrentara a Estrada en la interna de las PASO, quedando muy relegado, aunque luego sopándose como tercero en la lista a las generales.

En lo local, el año pasado para Leavy fue muy complejo. A los candidatos que él presentó, se les enfrentaron los disidentes del FdT que habían intentado quedarse con el nombre del partido. Wayar fue uno de ellos y terminó quedándose con la senaduría por su Cachi natal.

Ahora es WW quien encabeza la lista de opositores a la alianza con el saencismo y ya tendría el visto bueno desde el cristinismo más profundo, a tal punto que solicitó al todavía referente, Sergio Leavy, que si no quiere que se rompa el frente, pida a la provincia que no desdoble las elecciones y en 2023 vaya junto a Nación, a modo de muestra de fidelidad hacia los "máximos" K nacionales. Pretensiones muy altas.

No debe pasar por alto, a todo esto, que Wayar, quien podría pelear puestos importantes el año que viene, es uno de los mencionados en la causa que investiga por abusos sexuales a Pablo Rangeón, el productor de moda que también está bajo la lupa ante reveladoras confesiones de víctimas que destaparían una red de prostitución VIP, con jovencitas menores de edad incluidas, y cuyos clientes predilectos serían funcionarios y legisladores, mandatos cumplidos y en ejercicio, según señalaron fuentes de la causa.