Política
Posible retorno

¿Vuelve el perro arrepentido?

Francisco Aguilar, ex presidente del COE.

En julio, tras el escándalo por el ingreso de militantes kirchneristas a saludar al presidente Alberto Fernández que llegó a Salta por el aniversario de Güemes, y en medio del descontrol de las campañas políticas por las elecciones provinciales, el entonces presidente del COE alzó sus maletas y se fue a su casa, desilusionado con los funcionarios del Gobierno, y en plena expansión de casos de coronavirus en la provincia. En los últimos días se lo vio muy activo, visitando distintos medios de comunicación, y opinando sobre la actual gestión del Comité Operativo de Emergencias. Entre las preguntas, le consultaron por un posible retorno y no lo descartó.

Francisco Aguilar ya demostró en el pasado no muy lejano, tener memoria frágil. A fines del 2020, y tras el agotamiento causado por el paso de la primera ola de contagios en la provincia, el médico decidió dar un paso al costado. Según había expresado en declaraciones, tenía mucho trabajo pendiente en el Hospital San Bernardo, donde presta servicio, y que había dejado pendiente en ese entonces por dedicarse de lleno al seguimiento de la pandemia. En off, desde el Grand Bourg aseguraban que existía una pelea interna dentro del COE entre Aguilar y el ministro de Salud, Juan José Esteban, quien quedó al mando del organismo tras la salida del primero.

A pesar de esta fuerte versión, desde el Ejecutivo se resolvió tomarlo con calma. La primera ola ya había pasado y se anticipaba un fin de año tranquilo. Bastó una promesa de retorno en caso de que los casos de coronavirus volvieran a dispararse para dejar ir a uno de los médicos que había logrado tranquilizar la desesperación social tras el colapso sanitario de septiembre y octubre del 2020.

Tras unos meses, Aguilar volvía a la presidencia del COE. Los casos crecían, en gran número, y hacían falta manos para tomar decisiones, sobre todo tras el escándalo de los vacunados VIP entre los que figuraban funcionarios del Gobierno, familiares de éstos, amigos del poder, parejas, ex parejas, legisladores y hasta amantes. A eso se sumaba el descreimiento y el enojo con el titular de la cartera de Salud tras conocerse que su hija había sido nombrada en la planta del Estado, algo que él mismo admitió públicamente y hasta afirmó que se trataba de un pacto que había hecho con el mandatario como condición para asumir tras la renuncia de Josefina Medrano. Hoy, Agustina Esteban Zamar, tiene un cargo como subsecretaria de Adultos Mayores.

Luego de unos tres meses de trabajo, Aguilar volvió a anunciar su retiro. Lo hacía el 17 de junio, en pleno feriado provincial por un nuevo aniversario de la muerte de Martín Miguel de Güemes. Ocurrió tras el descontrol de militantes K que ingresaron hasta el Hotel Sheraton a saludar a Alberto Fernández, mientras se desataba la polémica por la prohibición del desfile de Gauchos. Además, la campaña de distintos candidatos, entre ellos muchos funcionarios, hacía peligrar todo recaudo ante las convocatorias masivas, caminatas numerosas y reuniones en espacios cerrados, sin ventilación ni distanciamiento. Molesto, se fue días después. Esteban quedaba nuevamente al mando.

Ahora, con la llegada de la tercera ola, Aguilar está haciendo algo que no solía implementar cuando estaba en el COE. Con un poco más de tiempo libre, claro está, habla en cuanto medio de comunicación lo convoque para que de su punto de vista ante la situación actual y el accionar del COE con Esteban a quien no demora en criticar. Consultado sobre un posible retorno al lugar que supo abandonar en dos ocasiones, dejó la puerta entreabierta, afirmando que, si el Gobernador lo llamara, él volvería. ¿Servicio a la comunidad o ideales flojos?

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