La primera víctima de las operetas sería Fernando Sanz, senador provincial por el departamento Cerrillos, e hijo de Yolanda Vega, intendenta del municipio cerrillano. El joven de 34 años, el más "pichón" dentro de la camada actual de senadores, ingresó en 2019 como una alternativa al régimen que por años impuso Alfredo "Pucho" Jorge, amo y señor del senado provincial quien falleció en una playa en México a inicios del 2017.

Con el ímpetu de "la fuerza joven", y envalentonado por el huracán Sáenz del 2019, Fernando le ganó la pulseada a la viuda de Jorge, María Laura de la Zerda, quien heredó el cargo de senadora y buscaba una reelección. El hijo de Vega, ganaba así un lugar clave dentro del armado político oficialista, puesto que no supo aprovechar para mejorar su imagen ante la gente. Sabido es que el Senado no demanda mucha actividad legislativa, por lo que los legisladores de la Cámara Alta provincial suelen desviar los recursos que obtienen a la "caridad", promocionándose así para elecciones futuras.

Nada de esto sucedió con Sanz Vega, y esto despertó la molestia de los propios aliados que ven peligrar la banca que, por la molestia de los cerrillanos, podría volver a manos del Frente de Todos. Es ahí cuando nace la "traición", o lo que muchos llaman una "serruchada de piso". Es que, al no ser tan potable una candidatura del actual senador, la opción para captar votos sería un viejo conocido que supo hacerle pelea a los Jorge tiempo atrás.

Gonzalo Caro Dávalos, el actual diputado del que solo se recuerda un incidente cardíaco que sufrió a fines del año pasado, sería el candidato a destronar a Fernando Sanz, a pesar que en 2019 fue uno de los candidatos a diputados que apoyó al hijo de Yolanda Vega, siendo una de sus listas colectoras. El diputado sabe de disputar elecciones ya que, en 2015, dentro de la fórmula Romero + Olmedo, intentó llegar al senado, quedando segundo detrás de "Pucho". En su última participación, fue el candidato más votado en su categoría, quedándose con una de las dos bancas.