Uber y el fin de los curros de la política: Emiliano apuesta a las desregulaciones

Era cuestión de tiempo y de que alguien se anime. Si hay algo que marcó el ritmo de los diferentes discursos políticos en las últimas décadas fue la aversión desarrollada por los aspirantes a enfrentar el descontento de algunos sectores.
Muchos de estos sectores, valga la aclaración, han sido de algún modo un impedimento, o son escollos a superar en pos de acceder a los nuevos tiempos. Todo ha cambiado, y es cada vez más y más vertiginoso.
La pandemia corrió las reglas y aceleró muchos procesos. Desde el celular se puede hacer cualquier cosa ¿y porque no pedir un transporte? Uber, Cabify, Didi y problema solucionado.
La teoría dice que quien maneja está identificado, el vehículo y la patente también, esto significa más seguridad. Si lo que pediste no llega como se muestra en la oferta, lo denuncias. Más seguridad. Se otorga puntos y se comenta el servicio, más calidad. Los precios rigen en función de oferta y demanda, mejores precios.
Todo parece ser negocio redondo, menos por una cosa: no hay recaudación estatal y no se venden matrículas. No hay nada más casta que el negocio de licencias de taxis y remises.
Esto quizás, solo sea superado por el otorgamiento de registros del automotor, o la licencia pata otorgar la VTV. Todo nacido desde el estado y a beneficio de los mismos que siempre lucraron con el estado.
El sábado primero de marzo hubo una gran sorpresa, realmente no lo esperaba nadie. Emiliano Durand, el intendente capitalino y quien más mide en las encuestas de la provincia, sacudió el avispero.
Sin que le tiemble el pulso, y muy a pesar que en sus filas hay dirigentes sindicales ligados al rubro en cuestión, el hombre anunció que avanzaría en la desregulación del transporte de pasajeros de baja escala. Palabras más, palabras menos, la cosa fue por abogar para que ingresen las aplicaciones que permiten contratar dichos servicios.
Y es que se cae de maduro ¿Cuánto tiempo más se puede vivir aislados del mundo y la tecnología? Los sindicatos harán lo que tengan que hacer y se resistirán un tiempo. La política pataleará un poco, pero tendrán que ceder. Al pais lo gobierna una persona que hizo campaña con una motosierra en la mano y el 60 por ciento de los argentinos lo votó ¿Qué es lo que aún no terminan de entender?
“Nuestra propuesta es que ingresen, pero que sea regulado”, dijeron desde un sindicato de propietarios de taxis. No estarían entendiendo el contexto, la coyuntura ni los tiempos que corren. El que no se adapte, finalizará excluido del sistema. Las inteligencias artificiales ya están sucediendo.
El trato, en los oficios, ya es persona a persona. No queda espacio para el intermediario que posee la licencia. No hay lugar para los “cafishos” de la vieja política. La gente ve en vivo y en directo como se vive en otros países y quiere eso.
Y es eso lo que Durand ha entendido a la perfección. Aggiornarse a los tiempos que corren significa cambiar muchos hábitos, y a eso habrá que entenderlo de una manera u otra.
Emiliano Durand entiende que de este modo también se pelea contra el desempleo y en este esquema, el dueño de la licencia y el dueño de la remisera ya no son necesarios, es más urgente que el que pueda aportar un vehículo que cumpla con las condiciones pueda salir a trabajar, sin deberle nada a nadie. El sistema actual es un sistema de señoriazgo, feudal y vetusto.
El pasado jueves, los coletazos comenzaron, y los dueños de licencias de taxis y remises cortaron avenida Paraguay.
Además de hacerse odiar por los salteños, los mismos lograron algo que no esperaban: que el intendente le pida a las autoridades que revise como estaban de papeles los señores que cortaban las calles… “controles a ver si esas agencias tienen a los empleados en blanco”, aseguró. La pelea ya está perdida, dueños de licencias, solo que ustedes aun no se enteraron.