El sábado se rendían los exámenes de ingreso a la solicitada carrera universitaria. Varios centenares de futuros estudiantes se prepararon y presentaron para intentar obtener un lugar con la ilusión de cursar y tal vez, algún día, llegar a ser médicos. Los sueños son nobles y la necesidad es mucha.

La provincia de Salta nunca pudo solucionar los problemas relativos a la atención médica en los hospitales del interior. Tartagal, Orán, Rosario de la Frontera y un largo etc, no hace falta nombrar las localidades más remotas, ahí ya ni siquiera se consiguen curanderos.

El tema es que la política favorece a la capital. Nadie se la juega y presenta un proyecto para la radicación de médicos en el interior, y por una cuestión sencilla, los médicos se quedan en la capital, en donde trabajan en hospitales y a la vez pueden intercalar con la actividad privada. Manda el bolsillo.

Así y todo, la apertura de una carrera de medicina en nuestra capital provincial fue recibida con bombos y platillos, hasta este sábado, cuando de modo misterioso, en la plataforma de la casa de estudio se publicó un mensaje que dejó a todos boquiabiertos y aterrorizados.

El mensaje:

“Estimados/as estudiantes de introducción a los estudios de medicina (inem) 2025: por motivos totalmente ajenos a nuestra asignatura (falta de personal calificado por las autoridades de la Facultad de Ciencias de la Salud para la corrección de exámenes), lamentamos tener que informarles que, por decisión unánime del equipo de Cátedra (y con el acompañamiento de la Comisión de Carrera de Medicina), a partir de la fecha y hasta nuevo aviso queda suspendido el cursado de la asignatura”.

Desde allí en adelante todas fueron suposiciones que si, que no, que tal vez, y las autoridades aun no han dado ningún tipo de certeza de modo formal a los estudiantes que se prepararon durante todo un año, con la increíble inversión económica realizada por los padres para poder estar listos e intentar obtener una de las preciadas bancas en Salta capital.

De momento, todo es vergonzoso. Desde el rectorado no hay aclaraciones certeras y los pibes sigue nerviosos y al borde de la desilusión.

Casi quinientos chicos podrían perder el año ¿y por esto, quien va a pagar? Pareciera ser que Javier Milei tenía razón y lo que verdaderamente hace falta es saber en que se gasta la plata el rector de la Universidad Nacional de Salta, Daniel Hoyos. Una vergüenza.