Política
Si, hay plata

"Tuty" Amat usa la tuya para comprar de sándwiches de miga, pernil, empanadas y facturitas

El presidente de la Cámara de Diputados de Salta, Esteban Tuty Amat, agasaja a los suyos a quienes tiene bien domesticados en el recinto.

Para nadie es sorpresa que la clase política suela darse algunos gustos que para la mayoría podrían ser considerados como lujos. Lo que sí llama la atención, es que no sean capaces de tocarse los bolsillos a la hora de tener ciertas atenciones hacia ellos mismos, y dispongan de dinero público para disfrutar las mieles que les otorga el poder.

El descaro con el que se manejan, hoy es más fácil de detectar debido al avance de la tecnología. Lo que antes costaba días de sacrificado trabajo investigativo, ahora queda al alcance de la mano a tan solo un clic de distancia. Así es que se desprende un insólito pedido de la Cámara de Diputados de Salta en donde solicitan cotizaciones de precios para algunos tentempiés.

Aunque ocurrió hace 50 días, recién esta semana se conoció una solicitud realizada por la Cámara de Diputados en la que solicitan cotizaciones a diferentes proveedores. Lo indignante, tal vez, sería que no solicitan información sobre artículos o elementos esenciales para la realización de la labor legislativa, sino que se trata de caprichos y gustos con los que el presidente de la misma, Esteban "Tuty" Amat, agasaja a los suyos a quienes tiene bien domesticados en el recinto; salvo uno que otro que se desacata de vez en cuando.

Y es que, convengamos, no es necesario, ni mucho menos obligatorio, el brindar sándwiches surtidos, empanadas, pizzas de 8 porciones, pernil con panes y salsas incluidas, gaseosas de 3 litros de primera marca, facturas surtidas o masas por kilo. Menos aún un servicio de catering. Aunque parezca broma, ninguno de los requerimientos antes mencionados son una broma o están sacados de contexto. Así figura en una Adjudicación Simple nomenclada con el número 21/2024 con fecha del 3 de junio pasado, emitida por el sector Registro y Contrataciones.

Lo que no se sabe hasta el momento es si el pedido fue remitido a uno o varios proveedores; o si estaban "tanteando" precios para ver cuál era el que mejor se ajustaba a sus preferencias. Es que, obviamente, no buscan lo más económico sino terminarían en alguna sandwichería barrial con mozos contratados eventualmente; sino que no escatiman en gastos y prefieren productos que pertenezcan a alguna casa conocida por ellos.

Seguramente los representantes del pueblo, sobre todo los del interior tan castigado como Rivadavia, Anta o San Martín, donde existen niños, jóvenes y adultos mayores que tienen que saltearse comidas porque no les alcanza para tener un plato sobre la mesa, ya estarán presentando las quejas correspondientes por el derroche que recién ahora toma notoriedad.

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