La máxima autoridad de la Iglesia salteña aprovechó, como hace desde épocas de antaño, para enviar un fuerte mensaje a la dirigencia política. Sin mencionar el conflicto con las Carmelitas Descalzas, habló de grieta, pobreza y la falsedad de quienes ostentan el poder.
Mientras más de un millar de personas seguía atentamente su palabra, tanto en el recorrido de la procesión como en los distintos hogares, Mario Antonio Cargnello llamó a apostar por una Patria de "hermanos", relacionando, incluso, a los pobres, excluidos, enfermos, abandonados y maltratados, con las heridas que hoy carga consigo el Señor crucificado y la patria, "que no logra encontrar un camino de fraternidad".
Inmiscuyéndose de lleno en el plano político, aprovechando el poder que tiene todavía la Iglesia en cuestiones ligadas a la función pública y las decisiones de poder, criticó a los dirigentes y, aunque la connotación de su discurso fue hacia el ámbito nacional, no fueron pocos los que sintieron que, detrás, había una fuerte bajada hacia lo local.
"En nuestra querida Argentina se profundiza un enfrentamiento peligroso que, suavizado bajo la palabra grieta, sólo alimenta los odios y rivalidades, mientras esconde una lucha despiadada por conservar o alcanzar el poder, creyendo que una sola persona o grupo tendría una especie de misión mesiánica capaz de construir el bien común de los argentinos", mencionó Monseñor.
Claramente en alusión a lo que ocurre entre el kirchnerismo y el sector de Cambiemos, aunque Salta también tiene situaciones similares. Las palabras del religioso se tornaron aún más severas al profundizar que "una democracia sin principios se convierte en un totalitarismo, visible o encubierto. Con la mentira, los pobres excluidos son los que más sacrificio aportan".
Esto último caló hondo entre todos aquellos que recordaron que, tan solo unas semanas atrás, un sector de legisladores, amparados en la mayoría democrática, decidió arremeter contra las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), suspendiéndolas para el ejercicio local 2023, y cercenando la posibilidad de participación a cientos de posibles candidatos que, al no poder contar con apoyo económico o de poder suficiente para disputar una interna partidaria, quedarán en el camino.
Asimismo, quedando en los puestos clave las mismas caras que vienen participando desde hace ya varios años, lo que coincidió en otra parte del discurso de Cargnello que mencionó al peligroso enfrentamiento que vive el país "suavizado bajo la palabra grieta", que solo alimenta odios y rivalidades, escondiendo "una lucha despiadada por conservar o alcanzar el poder".
Salta vivió el Milagro. El primero después de las suspensiones por la pandemia. El primero y único de esta gestión política que ingresó en 2019 y que, para el año que viene, ya tendrá sobre la mesa los nombres de quienes llevarán las riendas de la provincia por los próximos 4 años.
Las fotos estuvieron, las quejas para los diferentes bandos también, y lo que tanto pregonó Monseñor en la Homilía seguramente irá quedando en el olvido de la población.
Pero lo que perdurará serán las acciones de aquellos que, enfilados detrás del Señor y la Virgen del Milagro, usan la “democracia” para alcanzar o mantener el poder con el que se benefician unos pocos mientras que los pobres, esos miles de rostros que llegaron desde distintos pueblos y parajes del interior profundo, solo reciben el cariño y un leve reconocimiento cada 13, 14 o 15 de septiembre.