Y es que no era para menos. En dos semanas pasó de peregrinar por los pasillos del Grand Bourg pidiendo a gritos alguna secretaría de Estado, a erigirse nuevamente como la máxima autoridad del nuevo Concejo Deliberante salteño con mayoría saencista. La primer minoría, pertenecientes a la fuerza macrista de Juntos por el Cambio, no lograron quebrar el 11 que tenía de su lado Madile tras el consenso de todas las listas colectoras al oficialismo provincial que se coronaron el pasado 15 de agosto. En contrapunto, tuvieron que conformarse con ir por detrás del esposo de la directora de Saeta y agarrar una vicepresidencia primera. “Peor es nada” solían decir las abuelas.

A regañadientes, se lo pudo escuchar a Gauffín preguntando “por qué el video de La Gramajo” no había salido a la luz con anterioridad, así tenían tiempo de forzar su salida del Concejo. Ella, la polémica, fue con un look “Cleopatra” y se quitó el barbijo de una forma rapaz, como cuando se escudó al aparecer el video reprochable. El voto de la polémica concejal etílica fue fundamental para que se aseguraran cómodamente el primer puesto.

Hasta los ex zurdos de Libres del Sur estuvieron de su lado, cuando tiempo atrás defenestraban a esta conducción. Allí se vio sonriente a Malvina Gareca que llevó más hinchada que los clubes salteños en los torneos locales; y a un Ignacio Palarik que pasó de hacer ollas populares con Barrios de Rodillas (o de Pie, algo por el estilo), a encargar ollas Essen en cuotas para regalarle a su pareja.

La ex novia del Loro Outes, Marianela Perez, posó cual Vicky Xipolitakis haciendo “Duck Face” para las fotos oficiales. José García tenía atorado en la garganta el tema de Jorge Rojas con el que sigue robando desde Operación Triunfo. De rojo furia (por no conseguir la presidencia) estaba Emilia Orozco, la edil que se acomodó meses atrás tras conocerse el pasado delictivo del “Chuky” Flores.

La sesión inicial de este concejo dio para mucho, para todos los gustos. No faltó ni Cande Correa, que ya no tendría que haber estado siquiera en el recinto. A Madile no se le pudo ocultar la sonrisa. Ya seguro y empoderado, vuelve a tener el control de las finanzas del Concejo para hacer con ello lo que se le antoje, desde repartir pauta a diestra y siniestra, hasta reformar la sala donde se tratan las distintas ordenanzas que últimamente no benefician a nadie más que a ellos.

Madile está feliz, hoy respira. Ahora que Soledad Gramajo se las arregle como pueda. Él ya consiguió lo que quería, dejar a Aroldo lo más lejos posible hasta este 3 de diciembre. Todo sigue igual, lo que venga, ya su Dios lo sabrá. Por lo pronto, a quitarse el collar de ajo que se puso para dejar atrás el fétido gusto de las elecciones, que el bolsillo está asegurado por dos añitos más. Churo.