Panorama Político Salteño
El ministro atraviesa una de las peores crisis

Semana Santa sin milagro para Mangione

Lo peor del pico de contagios, según el propio Mangione, que pasa sus días entre mosquitos y espirales, tendrán lugar a mediados del mes entrante. (Dibujo: NOVA)

El ministro de Salud Pública de la provincia atraviesa una de las peores crisis que le tocó a la provincia en cuestiones sanitarias, y la segunda desde que ocupa el cargo. El año pasado culpó a su antecesor, pero éste 2024 tiene la responsabilidad plena de lo que viene ocurriendo. Llegando a lugares, hasta hace poco impensados, el mosquito transmisor del dengue hace estragos y colma las guardias de los hospitales y centros de salud de toda la provincia, sin un panorama alentador para el próximo mes entrante.

Federico Mangione no es alguien que pueda caratularse como un tipo que no sabe. Su experiencia en el ámbito de la salud, lo llevó a ser gerente de uno de los hospitales más conflictivos de la provincia como el Materno Infantil, y fortaleció en ese tiempo las operatividades del, valga la redundancia, Área Operativa Norte. Su pericia le valió ser cabecera de operativos de gran envergadura como la asistencia a pueblos originarios del chaco salteño.

Tras demostrar esa capacidad, y ante la salida de un desgastado Juan José Esteban que amagó con jubilarse y hoy es diputado por autoproclamarse el "héroe de la pandemia"; Mangione aceptó el reto de suplantarlo como ministro. A las pocas semanas, padeció en carne propia los desmanejos e imprudencias de su antecesor. Con lluvias, altas temperaturas y sin un servicio de agua digno, los casos de dengue reventaron en lugares en los que, antes, jamás se sospecharía.

Municipios como Metán, o Rosario de la Frontera, al sur provincial, experimentaron en carne propia lo que, hasta ahí, era para ellos desconocidos. El dengue siempre fue típico en Orán, Tartagal o Rivadavia; más allá no se expandía. El 2023 significó la expansión del mosquito, y eso se ahondó este 2024. Pero, a diferencia de hace un año, ahora uno de los responsables directos es el propio Mangione.

Como ocurrió en aquella ocasión, ésta vez iniciaron tarde los operativos de prevención. Desde Salud no se instó a los municipios para que realizaran descacharrados, o ellos mismos encarar fumigaciones. Si sumamos el desinterés de muchos ex jefes comunales que dejaron su cargo en diciembre, la situación se complica.

Desde Salud recién tomaron cartas fuertes en el asunto hace un mes, cuando ya se sabía que la situación sería irreversible y, como siempre, se intentó culpar a la gente por no tomar los recaudos necesarios.

Con la llegada de la Semana Santa, y las venideras Pascuas, tiempo atrás se solía tener alguna esperanza de holgura en cuanto al clima que solía desmejorar para dar paso a los fríos días de otoño. Pero este año, lo peor del pico de contagios, según el propio Mangione, que pasa sus días entre mosquitos y espirales, tendrán lugar a mediados del mes entrante. En definitiva, abril llega con más dengue bajo el brazo y los casos fatales podrían incrementarse.

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