Panorama Político Salteño
¡A tener en cuenta!

Se busca, no importa el Estado

Matías Cánepa, titular de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, y el ministro de Salud Pública, Federico Mangione. (Dibujo: NOVA)

Matías Cánepa y Federico Mangione; viceversa. A los dos hombres más buscados por estos días en la provincia pareciera que se los tragó la tierra.

La Salta que vivió días atrás una "fiesta" de la democracia al reelegir a sus autoridades en las urnas y por cuatro años más, hoy parece tan lejana debido al malestar generalizado que hay con estos tipos que no dieron la cara, hasta ahora, a los empleados de la Salud Pública y de la Educación provincial. ¿Qué es lo que buscan? ¿Quieren perjudicar al Gobierno?

El mismo gobernador llamó tiempo atrás a que quienes no sientan la verdadera vocación de trabajar por los salteños, dieran un paso al costado. Entendiendo estas palabras, ¿por qué continúan los paros en la provincia?

Si bien las soluciones que se plantean pasan por el ámbito económico, muchos de los que están hoy por hoy en las calles protestando reprochan la falta de diálogo de las autoridades de cada área, y el ninguneo que sufren de forma constante por quienes deberían de representarlos.

Matías Cánepa, familiar de uno de los integrantes del triunvirato de gobierno, sigue firme en el cargo de ministro de Educación, a pesar de haber tenido en su contra distintos inicios de ciclos lectivos muy turbulentos, y enfrentar en últimos dos años su segundo paro general de docentes.

Mangione, por su lado, atraviesa momentos de tensión que vienen de arrastre desde épocas de su antecesor, el ahora diputado electo Juan José Esteban. Igualmente el médico vivió en carne propia el paro de la salud en su faceta de gerente del Materno Infantil en donde fue denunciado por aprietes y persecución a trabajadores.

Ambos, Cánepa y Mangione, comparten algo en común y es la falta de diálogo con las bases de trabajadores, y cierran sus puertas a quienes no representen a alguna entidad gremial.

¿Está bien? Ni si, ni no. Cumplen con lo establecido, pero dejan al grueso de trabajadores que no se sienten representados con las manos atrás, y esto es lo que despierta el malestar de docentes y salud que, ante la falta de gremios que peleen realmente por los intereses colectivos más que por negociados particulares, se autoconvocan y forman subdivisiones que culminan con los incidentes que se vieron en la última semana.

Ni siquiera la represión sufrida en manos de la Policía de Salta logró que los ministros se solidaricen con los violentados y busquen apaciguar las aguas. Parecieran estar cómodos en donde estén, porque ni al Centro Cívico estarían asistiendo por temor a toparse con manifestaciones en su contra.

Tal vez un gesto de estos hombres podría traer algo de calma a los manifestantes, que cada día suman más adherencias, y evitar de esta manera algún incidente más grande que, en otras ciudades en el pasado, se cobró hasta vidas humanas.

Esto último debería ser hoy una premisa para los funcionarios que tienen en sus manos la posibilidad, al menos, de gestionar una salida. Pero por el momento, a pesar de los rastreos mediáticos y de los trabajadores, de Mangione y Cánepa nadie sabe nada.

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