Política
Se da los gustos que pocos pueden

Romina Arroyo, de "ñoqui VIP" a maestra espiritista

Romina Arroyo es una de las servidoras públicas con menos aceptación dentro del círculo rojo.

Nos cuesta caro el chiste. La noviecita de Javier Diez Villa, Romina Arroyo, quien este mes cumple un año de haber sido nombrada con un cargo dentro del gabinete, dejó la violencia de los cuadriláteros para dedicarse a brindar mensajes de buena vibra a través de sus redes sociales.

Sin demasiada actividad oficial, con escasa participación, de hecho; la funcionaria dedica sus horas libres a ser digna sucesora de Claudio María Domínguez o Pamela Ares en esto del coaching emocional.

La ex concejal se da el gusto que pocos pueden: cobrar un buen sueldo, tener obra social, aportes jubilatorios, movilidad gratuita y extensas vacaciones; sin tener que trabajar demasiado.

Debido a su cargo como subsecretaria, ni siquiera tiene la obligación de marcar ingreso y salida de la oficina, ya que se acogió a la firma de planilla, que lo único que le cercena es la posibilidad de acceder a cobrar el presentismo.

Desde que dejó el Concejo Deliberante de Salta en diciembre del año pasado, incluso desde su intento frustrado por llegar a la Cámara de Diputados en las elecciones de agosto del 2021, anduvo de oficina en oficina, tocando puertas en Grand Bourg, buscando algún premio consuelo para ella que quedaría desempleada.

Finalmente, y tras el éxodo de Inés Bennassar al Concejo de la capital donde fue electa edil, el puesto quedaba a disputarse entre Arroyo y Cande Correa. Lamentablemente para la profe de ritmos latinos, el estar en el gabinete requiere un mínimo, ínfimo, decoro; lo que terminó inclinando la balanza a favor de la árbitro de boxeo.

Cómoda en su nueva posición, tras las vacaciones de inicio de año decidió iniciarse en el camino de lo espiritual. Si bien no pretende llegar al punto de ser una rival para el Chamán Ángel Negro; sí empezó sus clases de coaching y desde ahí su vida va girando hacia "lo buena onda".

Con frases superadoras, y mensajes subliminales para supuestas enemigas imaginarias, aprovecha las redes sociales, Instagram sobre todo, para bombardear a quienes, al parecer, la hacen salirse de ese camino de relajación que transita por estas fechas.

"Chau a la gente tóxica y chau a lo que te tira para atrás. Vamos tras nuestros sueños", escribió en parte de un largo posteo en redes la actual subsecretaria de Deportes, lo que despertó la curiosidad de parte del gabinete, y de "las chicas de los funcionarios" quienes "se pusieron el saco" e iniciaron con una campaña para buscar a quién le dedicó estas palabras Arroyo.

Resulta que Romina es una de las servidoras públicas con menos aceptación dentro del círculo rojo y la maraña de asistentes con aires de primeras damas que componen el grupo, llamémoslo "alfa", de la administración provincial.

El haber sido una de las recicladas, ya que su pasado es de orígenes olmedistas, coqueteando con el urtubeycismo en algún tramo de su carrera, desembarcando finalmente en el oficialismo actual; no es "perdonado" por "las fieles" que vienen tratando de hacerse camino a la sombra de los demás.

De hecho, son este mismo grupo quienes se lamentan que "ésta" (como la tratan) no haya accedido a una banca en la Legislatura ya que, de haberlo conseguido, no formaría parte de la plantilla de funcionarios de tercera línea del gobierno, no andaría paseando tanto por la oficina de su pareja en Grand Bourg, y la tendrían al menos ocupada durante las sesiones y no tirando palos en Insta. La vida del ñoqui es muy sacrificada, dicen.

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