La Provincia
¡Mucho ruido y pocas nueces!

Preocupación y alarma por el accionar de la policía de Abel Cornejo

El nuevo ministro de Seguridad ya anunció antes de asumir la importancia que le daría a la familia azul dentro de su gestión, pero el accionar de éstos en las últimas semanas, causaron asombro.

El nuevo ministro de Seguridad ya anunció antes de asumir la importancia que le daría a la familia azul dentro de su gestión, pero el accionar de éstos en las últimas semanas, causaron asombro por la rudeza con la que se decidió resolver dos problemas que tranquilamente podrían haber tenido el mismo final, sin emplear tanto recurso. Las fuerzas de choque de Salta, grandes protagonistas serán, aparentemente, de esta conducción.

Abel Cornejo es un amante del autobombo. Ni siquiera había terminado de renunciar Juan Manuel Pulleiro al Ministerio de Seguridad, que el ex procurador ya había convocado a una conferencia de prensa para anunciar que él sería el reemplazante del coronel retirado del Ejército Argentino. Experto en leyes y con una amplia trayectoria en la Justicia salteña, al tomar posesión del cargo hizo gala de su “acercamiento” con la gente y su propósito de hacer que Salta sea una provincia más justa con los desprotegidos.

Llamativamente, poco duró ese deseo por parte del entonces flamante funcionario ya que a las pocas semanas se le presentó el primer caso que su cartera decidió resolver de forma polémica. Un hombre que protestaba en las escalinatas de acceso a la Catedral Basílica, fue abruptamente sacado del lugar por un escuadrón completo de efectivos de la fuerza antes de que la situación pasara a mayores. Mayores escándalos, obvio, mala imagen para los turistas que alguien haga un reclamo en la puerta de la Casa del Señor. Eso sí que no.

En el mismo mes en curso, otro accionar policial dio mucho que hablar y hasta despertó la desaprobación de distintas organizaciones y organismos de la provincia. Resulta ser que en la protesta que llevaban adelante dos mujeres trabajadoras de la sección Administrativa de la Cámara de Diputados, y que casualmente una de ellas destapó el escándalo de los nombramientos VIP, sufrieron en carne propia las maniobras dignas de un operativo por toma de rehenes; aunque ellas eran las más afectadas en la situación. Tras horas de angustia ante una maniobra irregular entramada por Esteban Amat y Gastón Galíndez, y por pedidos de éstos, el Ministerio de Seguridad e Injusticia (como lo llamaron algunos) envió a la tropa de elite de la fuerza salteña para desalojar por la fuerza pública y esposada a la manifestante que se encontraba en total estado de tranquilidad, pese a los nervios de haber estado tantas horas protestando y pidiendo que se actúe de manera correcta.

Para tener en cuenta, el GOPAR es el Grupo de Operaciones Policiales de Alto Riesgo de la fuerza salteña y su accionar es equiparable al del Grupo Halcón de la policía bonaerense; salvando la distancia y la práctica habitual que suelen tener en la capital del país, lo que hace ver a los efectivos salteños como aspirantes, sobre todo teniendo en cuenta la penosa escalada de pared que tuvo que hacer uno de los uniformados para subir a un primer piso de un edificio deteriorado, con una escalera que no era lo suficientemente alta para llegar hasta el balcón del mismo, y viendo al efectivo explotar sus dotes de “hombre araña” sin elementos de seguridad apropiados, lo que podría haber derivado en un accidente que, por suerte, no ocurrió.

A las palabras se las lleva el viento, claro está. Solo que Cornejo hizo creer a toda una provincia que su accionar sería más conciliador con aquellos que viven descreídos de la Justicia y en pocos días esto se diluyó. Ni hablar de mejorar las condiciones de trabajo de los “ángeles azules” a quienes no se les entregó ni un solo recurso desde que asumió el ex juez de Corte. Mucho ruido (de los móviles obsoletos, obvio), y pocas nueces.

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