Política
Malversación de fondos en Salta

Por actos de corrupción, le solicitaron la renuncia a Segura hijo

En tan sólo 120 días, Juan Carlos Segura hijo, hizo de todo para mostrar su falta de ética y transparencia.

El funcionario de Obras Públicas de la Municipalidad de Salta, fue llamado a dimitir de su cargo tras serias sospechas de estar beneficiando a empresas amigas en las concesiones comunales.

El sucesor del magnate de la construcción en Salta, beneficiado por distintas gestiones, supo tener un voto de confianza por parte de la intendenta Bettina Romero y la echó por tierra en tan solo 150 días.

Juan Carlos Segura hijo, asomó sus narices como funcionario del gabinete allá por diciembre del 2021, en medio de una revolución de nuevos nombramientos para encarar la segunda mitad del mandato de Bettina Romero.

Dueño heredero de "J.C. Segura Construcciones S.A.S.", y también presidente de la Cámara Salteña de la Construcción; era, tal vez, un alfil interesante a la hora de plantar el tablero de gestión municipal, y con el conocimiento suficiente como para hacer que la obra pública local marchara con viento en popa.

Bastaron poco menos de 120 días corridos para que las expectativas que se tenían en torno al empresario quedaran sumergidas en un abismo de sospechas de corrupción y escándalo. En marzo, desde el Tribunal de Cuentas empezaron a revisar los números que arrojaba la cartera ahora comandada por Segura.

Todo el manto de desconfianza se empezó a entretejer un mes antes, con el hundimiento de gran parte del pavimento de una extremadamente transitada avenida salteña, producto de una rotura en un caño de cloaca, perteneciente a la empresa Aguas del Norte.

"Se comenzó a extraer el suelo que estaba en pésimas condiciones y logramos descubrir la causa que produjo el derrumbe de las losas. Como estaba conectado a la boca de registro, empezó a succionar y ocasionó el socavón que se llevó todo el material de soporte del pavimento y la posterior falla del mismo", aseguraba Segura en aquel entonces. Todo parecía encaminarse a un desenlace tranquilo. Pero eso se derrumbó de a poco, como el pavimento de la Discépolo.

Resulta que, tras sorprenderse por la duplicación de un presupuesto destinado a tapar el pozo que quedó en la calzada, el cual rondaba inicialmente los 16 millones de pesos y pasó a costar, de la noche a la mañana, la friolera de 33 millones, el Tribunal de Cuentas habló de "sobreprecios" en la obra pública, sobre todo en la compra de materiales a una empresa de un conocido de las gestiones ejecutivas: Norte Áridos de Augusto D'Alborgo. Estrechas relaciones con otra empresa con el mismo "nombre" que el titular, acrecentaron las sospechas que empezaron a arrinconar a Segura.

Con el inicio de abril, la situación empeoraba para Segura hijo. Se conocía el dictamen del Tribunal de Cuentas, se descompensaba, y hasta era atendido por personal médico.

Una reunión posterior con la jefa comunal habría calmado las aguas momentáneamente. La idea era esperar por más pruebas. Con medio mes de mayo ya en el bolsillo, finalmente debe tomar una decisión y responder al pedido de renuncia que habría solicitado la más alta esfera del gabinete comunal.

"No logró adaptarse, la función pública tiene responsabilidades. No entendió la cuestión y acá no se tolera el mínimo acto de corrupción o versiones raras", aseguraron fuentes del CCM, no tan sorprendidos por la decisión de apartarlo del cargo.

Segura no solamente no entendió lo que implica ser funcionario en un gabinete serio; sino que tampoco aprendió, siquiera, de su máximo referente, su padre, "el gran constructor" como lo llamaban muchos en Salta, quien dejó este mundo el pasado 3 de septiembre tras haber contraído coronavirus.

Aquel Segura, el que construyó edificios icónicos como la Casa de la Cultura, el Teatro Provincial, el Centro de Convenciones del Centro Cívico Grand Bourg, el edificio de la AFIP, el hospital Papa Francisco o el nuevo Museo de Bellas Artes; el que ejecutó más de 1100 viviendas solamente en salta, y que fuera funcionario de Miguel Isa; sin dudas dejó una "escuela" que muchos quisieran imitar al costo que fuera, incluyendo la corrupción.

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