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Dicen por ahí...

Poca "memoria" en la "movilización": Marito Moreno se reconcilió con la periodista

La selección los volvió a unir.

Tras perder su banca en la Cámara de Diputados, sostener una vida con lujos y mantener a una pareja demandante se tornó una misión difícil para el mellizo que no fue intendente de Vaqueros. Con el correr de los meses, y solo siendo sostenido por un AP de parte de David Leiva a modo de limosna, el bolsillo dijo basta y, junto a éste, el amor también se despidió.

Es así que, tras muchos años de relación, Mario Moreno y Mónica Abilés daban por finalizado su romance. Él, como contamos hace varios meses, se recluyó en las cabañas que posee junto a uno de sus hermanos en lo profundo del Dique Cabra Corral. Ella, por su parte, pasaba tardes enteras en cafés y shoppings de Capital con sus amigas y colegas periodistas.

Todo parecía finiquitado, pero, al igual que ocurrió con distintos retos virales, el mundial, y la Selección Argentina, lograron hacer algunos "milagros" y Salta no quedó exenta. A la promesa de Cande Correa de posar en tanga, o el viaje del Oso Leavy y su íntimo amigo, Jesús "Rana" Villa, a tierras qataríes para ver la final del campeonato deportivo; se sumó una perlita impensada durante los festejos en Plaza 9 de Julio.

Es que, contentos por el triunfo de la albiceleste y vestidos con ropa del comercio del ex legislador, se los vio pasar nuevamente juntos, y hasta tomados de la mano. Los arrumacos entre Mario y Mónica, “MyM” como el partido político del que forma parte, no se hicieron esperar. Entonando “muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”, el hit de este mundial y que trajo suerte en Qatar, la conductora de Día de Miércoles y su “consorte” se metieron en medio de los tantos pogos armados por los entonadísimos salteños que coparon el centro salteño hasta altas horas de la noche del domingo.

“Poca memoria tienen” dijo un movilero que, cubierto de lanzanieves y en estado “Látigo Pasitos Prohibidos”, recordó que, hasta hace unos meses, ella defenestraba cada vez que podía a quien fuera su pareja mientras él hacía macumba con los ucumares moldeños para que ella volviera a sus brazos. No se sabe aún si fue el amor el que hizo que los tórtolos volvieran a disfrutar como en sus mejores épocas; o si fue la posibilidad de que, pensando en las elecciones del 2023, David Leiva renuncie a su actual banca en la Cámara de Diputados (o tome licencia) para presentarse de forma testimonial ya sea en una nueva diputación, o en el Concejo Deliberante de Salta, lo cual es lo menos probable.

Si bien a Leiva le quedan aún tres años de mandato, la jugada le podría garantizar un nuevo período de 4 años más como ñoqui del Estado. Otro punto muy difícil de concretarse, sería su incursión, nuevamente, para pelear por la intendencia capitalina, pero eso a la estructura de más arriba no le terminaría de cerrar.

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