Pablo González, el primer intendente víctima de sus decisiones
El jefe comunal de San Ramón de la Nueva Orán quedó desdibujado y con una decaída imagen de cara a las próximas elecciones del 14 de mayo en donde, en principio, buscará una reelección al frente del tercer municipio más poblado de Salta. Su alejamiento del frente oficialista y la aparición de viejos fantasmas en el mismo espacio, le dejan al ex senador mínimas chances de ser tenido nuevamente en cuenta.
Pablo González supo ser el candidato del cambio en Orán. En 2019 abandonó la senaduría para dedicarse a su nuevo cargo como jefe comunal, al que accedió de la mano de Gustavo Sáenz dentro del frente que lo llevó a él como gobernador. En aquella elección mucho tuvo que ver un gremio en particular, el que abarca a la mayor cantidad de docentes de la provincia.
La Asociación Docente Provincial (ADP), mediante su tesorera y cabeza política, María Cerezo, jugó un rol preponderante en la vida de González. Tras acordar el apoyo a distintos candidatos del norte provincial, el gremio dispuso su estructura para que, sumado al envío que representó la llegada de Sáenz al Grand Bourg, la victoria del entonces senador sea sólo un trámite.
Tras llegar al cargo y en medio de la pandemia, el intendente electo tomó una serie de decisiones que molestaron a quienes apoyaron su candidatura. Lejos de tomar una postura que ayude a bajar la intensidad de las discusiones, el oranense se cerró y cortó relaciones con sus otrora amigos. Así se alejó también del Grand Bourg, lugar al que aprovechó para acercarse un viejo conocido de los norteños: Lara Gros.
Pero no Marcelo, aquel que fuera intendente por una docena de años y que se alejó en medio de escándalos y acusaciones de vaciamiento de las arcas municipales; sino que su hijo, Baltasar, otro vividor de la política que, de la mano de su padre, supo ser diputado nacional y funcionario de Juan Manuel Urtubey. En 2021, por el frente oficialista, logró una banca como convencional constituyente y hoy se desempeña con un cargo en la función pública.
Baltasar ya anticipó su deseo de ser intendente de Orán y seguir los pasos de su padre y, para eso, acudiría nuevamente a las filas del saencismo, dejando así afuera del armado al hoy intendente que quedaría apenas con su suegro, Roberto Meri, de aliado y cuyo esfuerzo para lograr mejorar la imagen de su yerno realizando de forma gratuita el último Festi Orán, no habría tenido resultados favorables.
