Los escandaletes políticos en Salta no dan tregua, como si fuera el fin del mundo, funcionarios y ex funcionarios de toda la provincia se dedicaron a hacer de las suyas como si no hubiera un mañana. Este es el caso del concejal mandato cumplido por Tartagal, Nicolás Arce, quien fue acusado de uno de los más viles delitos y defectos que puede tener el hombre en su condición humana y es la estafa.
Resulta que el ex edil del norte provincial, ahora militante acérrimo por la Libertad Avanza, anduvo de gira hace unos días atrás, pero al parecer se le fue la mano cuando terminó en las instalaciones de un hotel VIP de la zona junto a otro caballero quien sería su pareja o su amante y protagonizó un papelón de tamaña dimensión.
Cuentan las historias que Arce ingresó al albergue transitorio cerca de las 3:00 de la madrugada, luego de haber salido de una fiesta privada en un “galopante” estado de ebriedad, manejando su Toyota Corolla y muy bien acompañado dispuesto a entregarse a la pasión desenfrenada, lo que el libertario no tuvo en cuenta que, por lo general, los moteles cuentan con turnos de 1 hora y dos horas y que al exceder el tiempo se cobra un adicional “saladito”, lo que generó la ira del apasionado ex funcionario que, intentó huir del lugar sin pagar el tiempo extra.
Sin embargo, no contaba que en el lugar haya obreros a esa hora realizando algunos arreglos y menos que estos iban a impedir que el acalorado Nicolás se vaya sin saldar sus deudas. Testigos aseguran que Arce le tiró el auto encima, ocasionando que uno de ellos fuera lesionado en el brazo ya que logró golpearlo con el espejo retrovisor del costado. Inmediatamente otro de los trabajadores más osado, todavía le cruzó una carretilla que, pese a haber sido embestida por el alcoholizado conductor, logró el objetivo propuesto de detener la marcha del auto.
Ofuscado, el ex concejal bajó para “tirar la bronca”, pero no le dieron tiempo, ya que uno de los obreros que estaba presenciando los hechos, le enseñó a Arce “que el agua no se mastica” dejándolo en posición horizontal sobre el piso.
Ante esta situación, la encargada del lugar llamó al Sistema de Emergencias 911, quien casi, de inmediato envió recursos para tomar cartas en el asunto. Ni bien arribó personal policial, el belicoso militante se identificó, ostentando el cargo que alguna vez tuvo en la actividad legislativa, lo que llevó a la policía exigir, solamente, que pague el canon correspondiente al tiempo extra en el “telo” y luego lo dejó retirar como si nada hubiera pasado, sin siquiera realizarle un test de alcoholemia para confirmar lo que ya estaba a la vista.
Según se pudo saber, hasta la fecha nadie radicó denuncia alguna, tal vez será porque Arce ya le “untó” a los involucrados unos pesos para la gaseosa con el fin que el “conventillo”, no tome más fuerza y perjudique la imagen del referente libertario, quien aseguró que, para próximas visitas al sitio donde se aman las parejas no sufra el percance que lo llevó a estar en boca de todo el departamento de San Martín.