Panorama Político Salteño
Candidato polémico

Nadie sabe a qué; pero de que se presenta, se presenta

Desde el propio entorno laboral del ex comisario Gustavo Orozco ya comenzaron a abrir el paraguas. “Quiere ser gobernador” afirman convencidos con tono preocupante. (Dibujo: NOVA)

Las pintadas y carteles en toda la provincia son notorios. Así también lo es el descontento por parte de muchos dirigentes que ven en él una “amenaza” para sus planes a corto plazo. Lo cierto es que, aunque todos están seguros que sus ambiciones van más allá de continuar siendo legislador hasta el 2025, cargo en el que la misma gente lo eligió meses atrás, sigue siendo un misterio candidato a qué será el año que viene. En el medio, un trabajo social que da qué hablar, el apoyo que recibe por su política de apoyar a la fuerza de la ley y el orden en la provincia y su discurso contra la corrupción y los funcionarios consumidores de sustancias prohibidas, lo hacen un personaje interesante que podría representar más de una sorpresa en los próximos comicios.

Desde el propio entorno laboral del ex comisario Gustavo Orozco ya comenzaron a abrir el paraguas. “Quiere ser gobernador” afirman convencidos con tono preocupante, aunque al mismo tiempo agregan un “pero no le da” como para bajar la intensidad y el nerviosismo. Esta es una opción un tanto difícil de llevar adelante teniendo en cuenta que figuras como el actual mandatario tiene la mayor probabilidad de renovar su puesto ante la falta de un candidato fuerte que pudiera competir; más aún perteneciendo el ex comisario al espacio político liderado hoy en día por el Gobernador.

Sabida es su pelea dentro del saencismo con “pesos pesados” como Antonio Hucena, que de pesado solo tiene la panza ya que se cuelga de la tupida barba de Pablo Outes para tomarse ciertas atribuciones como intentar bajar en junio pasado la lista que llevaría a Orozco a renovar su banca como diputado. A esto se agrega el desprecio típico de aquellos que no soportan ver a alguien nacido en otro bando político, comulgar a su lado. Esto último, sobre todo, es lo que trae con los cuchillos entre los dientes a los allegados a Gastón Galíndez, el ex isista que hoy es tan cuestionado en la Cámara de Diputados donde fue nombrado como personal de planta permanente sin cumplir requisitos mínimos como la antigüedad laboral. Sus allegados, son los encargados de medir el “humor social” dentro de edificios como la Legislatura o el Grand Bourg con respecto a Orozco.

De hecho, a pesar de la poca aceptación de sus pares, sobre todo después de difundir que solicitará como proyecto las rinoscopías a todo funcionario público para que no tomen decisiones bajo los efectos de algún barbitúrico o sustancia psicoactiva (falopa le llaman en los barrios), es visto con muy buenos ojos por parte de un sector importante de la sociedad que se sienten representados con las ideas y planteamientos que el ex comisario expresa en cuanto medio de comunicación tiene la posibilidad de hablar. Eso y la lucha contra la corrupción le valieron al legislador varios adeptos en el interior provincial; y no precisamente del sur exclusivamente, sino que sus propuestas llegaron hasta el norte salteño, Valle de Lerma y la zona de los Valles Calchaquíes.

Eso sí, a pesar de los intentos de algunos periodistas de sacarle un poco más de información, Orozco recurre a la estrategia que replicó Andrew Garfield cuando le consultaron sobre su papel en la última cinta de Spider-Man; hacerse el desentendido, en pocas palabras. Lo que no solamente no deja de preocupar y molestar a “referentes” de la política salteña; sino que ahonda aún más la intriga de saber para dónde aspirará en unos meses. Esta jugada puede ocasionarle el famoso efecto sorpresa llegado su momento, aunque también representa un riesgo al tener a tanta gente alterada de ánimos.

Las charlas de café de las últimas semanas se vieron inundadas con la hipótesis de que, en el caso de querer ser legislador nacional (el año que viene se renuevan cuatro bancas en el Congreso), ya estaría entorpeciendo el ascenso del actual ministro de Seguridad y Justicia, Abel Cornejo, por lo que ya habrían encargado una serie de maniobras para dejarlo “pegado”, sobre todo con algunas de las causas por denuncias penales que el legislador acarrea desde su paso por la fuerza policial. De aclarar sus aspiraciones podrían, o no, cesar las operaciones en su contra; aunque eso les permitiría a sus detractores organizarse para combatirlo.

Hace un tiempo atrás era mejor perderlo que encontrarlo. Y mientras muchos pensaron que podría estar detrás de la sombra de Alfredo Olmedo, quien lo acunó en sus primeros pasos en la Cámara de Diputados, éste mutó y se pasó para el bando oficialista; lo que hace que mucho avezado en operaciones políticos piensen que la “lealtad” hacia el mandatario podría verse comprometida si consigue apoyo foráneo a la fuerza que hoy dice pertenecer. Su entorno asegura que la vuelta con el “minion” salteño está casi descartada, y tras una nota en la que se mencionó que fue en un tiempo el “pollo” del líder de Ahora Patria, sugieren tener en cuenta que al ex policía ya le crecieron plumas (o alas) que le permitirán ya despegar de forma autónoma. Igualmente, las reuniones con el padre de “Yellow Jacket” siguen concretándose de vez en cuando, encendiendo aún más la posibilidad de una posible candidatura por su viejo espacio.

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