Nada para celebrar: la docencia dolida con "Robertito" por el aumento en minicuotas
La última semana, en la previa al paro general convocado por la CGT a nivel país, se dio en Salta una situación que caldeó aún más el enojo del sector público de la provincia que ya viene padeciendo embates por, según dicen, las pautas impuestas por Nación.
Una negociación que tardó tres meses en llegar, terminó con gusto a muy poco, aunque los gremialistas, como siempre, salieron a respaldar la decisión. ¿Qué pasó?
Desde noviembre del año pasado la docencia salteña, el personal de la salud, la seguridad, y toda la administración centralizada y descentralizada no ven ni un peso de aumento en sus recibos de sueldo.
Las distintas excusas esgrimidas por los funcionarios de alto rango y sus encargados de prensa, no fueron nunca lo suficientemente entendidas por los trabajadores que vieron cómo la plata se devaluó tras conocerse que Javier Milei sería el nuevo presidente de los argentinos, y la escalada del dólar que terminó por hundir los vapuleados salarios.
La negociación fue pospuesta, primeramente, hasta que pasara el balotaje porque nadie quería jugar a nada sin saber si Sergio Massa finalmente quedaba en la presidencia tras la remontada de las generales. A posterior, luego de la contienda electoral, la paritaria se suspendió hasta después de que asumiera el presidente electo para saber a qué se estarían enfrentando.
Así fueron pasando las semanas y en diciembre, a días de las fiestas de fin de año que encontraron a más de uno con las manos semi vacías, o con productos de segundas marcas en la mesa ante la imposibilidad de comprar primeras líneas por la inflación de más del 100 por ciento en los productos.
Pasado el anuncio del libertario, se pidió esperar a que el presupuesto sea enviado o prorrogado. A todo esto, los trabajadores cobraban lo mismo que en octubre del 2023, que está calculado en base a diciembre del 2022, época del mundial, como para que se den una idea.
¿Cuál fue la solución? Fácil. El ministro de Economía de la provincia, el contador Roberto Dib Ashur, extendió los plazos; dividió y reinó. El 23 de enero los gremios recibieron contentos la noticia de que, tal y como se había prometido, sus sueldos quedarían por encima de la inflación. Un punto, pero se cumplió.
Se dio el 82 por ciento restante desde noviembre, pero a pagar en tres tramos hasta el mes de marzo. Esto ofuscó a los estatales que, ante la firma del frente gremial, ya no descartan nuevamente salir a las calles como autoconvocados a intentar ser escuchados y tal vez, como ocurrió años atrás no tan lejanos, conseguir un mejor acuerdo con el gobierno de turno.
Pasillos adentro se dice que el “Loro” Dib Ashur tampoco está conforme con el aumento, pero porque esperaba un poco menos. Pero el realizarlo en cuotas les permite seguir extendiendo el sufrimiento de los docentes, policías, enfermeros y administrativos de toda la provincia que, para entenderlo mejor, cobrarán lo que debían haber percibido en el mes de diciembre, recién con el sueldo en marzo. Migajas dicen algunos, un gran acuerdo dicen otros.