El temor es entendible. La pandemia y el avance de la segunda ola, sumada a las libertades y falta de controles por parte de la mayor parte de los intendentes que se sumergieron en un relajamiento peligroso, impidieron que algunos de ellos pudieran llevar a cabo diferentes actividades "culturales" como los tradicionales festivales folclóricos en donde, con mucho alcohol de por medio, los jefes comunales veían llenar sus arcas para hacer frente a problemas como sueldos, pago de deudas y, por supuesto, sus propias vacaciones.

En este sentido, el presidente del Foro de Intendentes aseguró que elevaron una nota al gobernador y otra al ministro de Economía, Roberto Dib Ashur, para tratar de hallarle algún tipo de salida a este compromiso asumido por Provincia que se empezará a pagar dentro de poco menos de dos semanas. Según expresó, los números en 38 municipios salteños estarían en rojo luego de que los jefes comunales hayan tenido que solicitar un crédito para hacer frente al pago de los medios aguinaldos del mes de diciembre, por lo que el pago del bono los desestabilizaría a días de iniciar las negociaciones paritarias.

Sobre esto último indicó que deberán sentarse a dialogar con los gremios que representan a los trabajadores municipales y con los propios vecinos porque, este tipo de situaciones, podrían generar en algún momento problemas difíciles de solucionar. Claramente la estrategia de Moreno y los alcaldes que lo acompañan está directamente direccionada a culpar indirectamente a los trabajadores y el bono que reclaman, con lo que podrían excusarse y escudarse en ello si llegaran a suspender algún tipo de obra "prevista" para los próximos meses.