Panorama Político Salteño
El escenario

Militantes eran los de antes: Estrada la jugó solo y le salió mal

El diputado por la provincia de Salta, Emiliano Estrada. (Dibujo: NOVA)

Lejos de los años en los que hablaba de justicia social, cuando la justicia le cayó encima, la joven esperanza blanca del kirchnerismo salteño mostró la hilacha.

Posiblemente sea recordado como el dirigente que abandonó a la militancia. Una suerte de Firmenich posmoderno que, salvando las distancias, intentó pasar desapercibido hasta último momento.

El escándalo de las fake news salteñas implosionó el tres de enero de este año. Apenas unos días atrás, el 30 de diciembre de 2024, tres jóvenes eran imputados como supuestos responsables autores del delito de Intimidación Publica, delito que según la fiscal de ciberdelitos Sofía Cornejo, ponía en riesgo el orden público.

Excesivo, si… aunque sin dejar de incurrir en otras tipologías más reales como las calumnias e injurias o daños y perjuicios.

Florencia Bustamante y Alonso Javier Allemand habrían actuado bajo influjo y orden de Emiliano Estrada, en tanto que Juan Capisano, bajo la órbita del empresario de medios Federico Mena Saravia.

Los jóvenes sufrieron el violento embate de la justicia, al punto de reconocer que eran inconscientes de la magnitud del daño que estaban haciendo. También dijeron que cumplían órdenes.

Emilia Estrada, diputado nacional de Unión por la Patria (UxP) y kirchnerista de paladar negro, el responsable ideológico, director y patrocinante de la empresa. La modalidad: varias cuentas de Tiktok desde las cuales se difundían noticias fake con el fin de desprestigiar al gobernador de la provincia, entre otros políticos, empresarios y periodistas.

La guerra de guerrillas digital era llevada adelante por los comunicadores, bajo financiamiento y orden de Estrada y Mena Saravia, entendamos, amigazo del diputado en cuestión. Y hasta llí, todo iba bien, solo que los descuidos, la falta de experiencia y la sorpresa de una justicia que nos tiene acostumbrados a naufragar en el mar de los olvidos, esta vez fue eficiente.

3 detenidos, con elementos tecnológicos secuestrados y las posteriores imputaciones actuaron como el lógico caldo de cultivo necesario para que, en el círculo de periodistas de Salta, nos comenzáramos a preguntar: Che, los pibes hasta las manos, pero ¿y Estrada? Estrada no aparecía, no declaraba, no daba notas, ni se comunicaba a través de sus anteriormente tan congestionadas redes sociales. Estrada había desaparecido. Estrada no daba la cara. Estrada había dejado a los pibes en pelotas.

Así, y ante el claro abandono del líder y la frustración de entender que a las ideas se las lleva el viento y no hay farsa que dure cien años, los jóvenes imputados hicieron un mea culpa ¿Por qué ponerle el lomo a un dirigente que en la primera adversidad nos manda al muere?

Los pibes declararon sin pelos en la legua que trabajaban para, por orden de y bajo dirección de.

Ante tamañas declaraciones, con claros sesgos de arrepentimiento: "siento alivio por decir la verdad", "¿Este es el costo que tengo que pagar por cumplir con lo que me pedían? Sí, y nunca dimensioné hasta que esta bomba me explotó. Toda esta situación arruinó mi vida emocional, económica y social", "Sentimos que estamos en el ojo de la tormenta por haber cumplido con los pedidos de quien era nuestro jefe, Emiliano Estrada, y terminamos rompiendo todo, todo"; digamos, poco queda a la imaginación: vos no nos pusiste el pecho, nos abandonaste, tu carrera política está por sobre nuestras vidas… la imagen remite a esa dirigencia montonera que se las tomaba del país ante el secuestro de pibes y pibas, militantes.

Con los datos en la mano, fiscalía decidió por fin imputar a Estrada esta semana. El hecho se daría el jueves, y si hay algo que se pueda hacer para empeorar aún más la situación es aparecer cuando la llegada del telegrama es inminente: Estrada apareció con solicitada en el medio más caro de la provincia, denunciando persecución ideológica y censura.

“La historia ocurre dos veces: la primera vez como una tragedia y la segunda como una farsa”, aseguraba Marx en el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, y Salta no es la excepción. Abandonar a los pibes a la buena de Dios parece ser una constante en la militancia K de alto vuelo, al menos así mostró con el ejemplo, la joven esperanza blanca del kirchnerismo local: Emiliano Estrada. Que peligroso, que triste.

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