Gremiales
El gremialista y el poder

Mazzone, ¿otro boicot a la docencia?

Fernando Mazzone es desde el 2022 el titular de la Asociación Docente Provincial. La ADP.

En la jornada de este lunes 4 de marzo, y tras una semana de suspensión, se llevó a cabo el inicio del ciclo lectivo en la provincia de Salta. La particularidad de esta fecha fue que, a nivel nacional, se convocó a un paro de actividades para los gremios que componen la CGT, y hubo otros que se plegaron en reclamo de los recortes realizados por Nación con respecto al Fondo de Incentivo Docente (FONID) que dejó de llegar a los bolsillos de cada educador.

La situación con la docencia, y con los estatales en general, no es buena. La semana pasada los gremios rechazaron un aumento del 24 por ciento escalonado hasta abril, sin suba en enero y con el pago del medio aguinaldo que se les adeuda desde diciembre del 2023. Todos mostraron su descontento, todos menos un gremialista que vuelve a quedar en el centro de la escena.

Fernando Mazzone es desde el 2022 el titular de la Asociación Docente Provincial. La ADP, a su vez, es el gremio mayoritario de la provincia y abarca a todos los docentes de la educación pública primaria, secundaria, terciaria, del nivel inicial y, metiéndose en un terreno ajeno, a la educación técnica. En pocas palabras, maneja a mucha gente y eso le da cierta cuota de poder. Es siempre la voz cantante en las negociaciones, a pesar de haber llegado hace poco al círculo rojo, y su palabra suele tener más peso que la de mucho histórico del sector público.

El todopoderoso

Cuando Mazzone pidió que las clases no arrancarán en febrero, el Gobierno aceptó y demoró la vuelta a las aulas una semana. Cuando dijo que no aceptarían negociar el 2024 sin cerrar el 2023, todos estuvieron de acuerdo. Pero cuando acepta algo que va en desmedro de los afiliados y los trabajadores en sí, nadie se anima a recriminarle nada. Es intocable, todopoderoso. Mantiene reuniones frecuentes con los más altos funcionarios provinciales y se pasea por Grand Bourg como si de su propia casa se tratase.

El viernes último, en plena negociación paritaria, fue quien le dio un espaldarazo al gobierno al mencionar que él firmaría el acuerdo de paritarias por ser la mejor oferta que tendrían. Así, livianamente, sin consultarle a nadie, con el negocio cerrado. El enojo de sus pares gremialistas fue notorio, pero, repetimos, no muchos se animan a decirle algo. Sin acuerdo, el aumento fue impuesto y no ganó nadie; bueno sí.

Con el retorno a las aulas a la vuelta de la esquina, y con un paro anunciado por la CGT, Mazzone, quien también es miembro de CTERA, se encargó de debilitar la medida de fuerza en Salta. Con operaciones de prensa que incluían la confusión para los docentes privados y técnicos, y sobre todo con los del sector público, lograron que la medida de fuerza no tuviera impacto y el ciclo lectivo comenzó con una normalidad apenas distorsionada. Casi imperceptible.

Nuevamente, al igual que en las negociaciones en las que estuvieron Virgilio Choque, Patricia Argañaráz, María Cerezo o Viviana Figueroa; la ADP que hoy conduce Mazzone queda en el centro de las críticas por operar en contra de la docencia que, al menos esta vez, ni siquiera reclamaban algo a provincia, sino que se manifestaban por los derechos que Nación les viene quitando.

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