Política
Funcionarios que no funcionan

Mashur, el millonario de gustos caros, de shopping en Buenos Aires

El senador Mashur Lapad.

"El silencio de los inocentes" condena a la sociedad a seguir fomentando funcionarios que no funcionan, parasitos politicos que se enquistan en el tiempo y luego no tienen el mínimo estupor de seguir carcomiendo los restos de un pueblo que agoniza en la cara más inmunda de la pobreza.

A lo largo de estos últimos 30 años, no hay quien no conozca el nombre de Mashur Lapad, pero si por las dudas todavía existe algún incauto que no conozca de quién estamos hablando, le relataremos gustosamente quién es el Patrón de Rivadavia.

El “Turco” Lapad, es uno de los políticos que más supo aprovechar las mieles de la política salteña, ocupando distintos puestos a lo largo de los últimos 32 años. Sin embargo, cumplió récord en la Cámara Alta provincial, como senador por el departamento de Rivadavia, uno de los más pobres de Salta, inclusive del país, cumpliendo nada más y nada menos, 29 años "calentando la banca" al vicio como "oreja i’ sordo", ya que en todo este tiempo no hizo nada para sacar de la marginalidad a todo un pueblo plagado de carencias.

Con todo esto, y parte de su historial, el vicepresidente primero del Senado y, en consecuencia, la tercera autoridad en la línea sucesoria, supo y sabe hacerla bien al punto que su permanencia promete continuar por muchos años más, aunque ello signifique, en un futuro, llegar en una "cápsula criogénica", al honorable recinto, con el fin de no perder el curro y seguir "metiendo la uña", descaradamente. Y es que no es para menos, a todos en algún momento les cuesta dejar el "quiosquito"; Sino ¿cómo harían para sostener la vida de lujos y ostentación que llevan a cuestas? Esto lo sabe muy bien el "acartonado" senador Lapad.

Una escapadita

Hace dos fines de semanas atrás, Mashur anduvo de paseo y relax en la City porteña, "una escapadita" como dijo la gente de su entorno ante la pregunta de sus pares por la ausencia repentina del legislador.

Por ahí, alguien se "resfrió" y entre chismes de pasillos que van y vienen, hicieron correr la bola que el senador se dio unos gustitos. Al calor de la frase "para eso trabajo" armó maleta, preparó la almohada para el cuello y se fue de paseo a la "capi". Dicen que el itinerario incluyó paseos por los costosos pasillos del Alcorta Shopping, recorriendo las lujosisimas tiendas Lacoste, Rochas, Paruolo, Ricky Sarkani, entre otras, que para cualquier hijo de vecino son inalcanzables. Rezan las historias que cuando salió de un exclusivo lugar, parecía "ekeko" de tantas bolsas que cargaba en las manos, en los brazos, en los pies y hasta en los dientes.

Cargaba con todo, menos con las necesidades de Rivadavia. Las dos caras de una misma moneda y la ley del menor esfuerzo que predica el "hombre bicentenario", como le pusieron sus allegados.

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