Paseaba a finales de la semana pasada por la zona del llamado Paseo de la Democracia, una especie de plaza en mal estado, con bancos nuevos y destruidos, sin mucho mantenimiento y con más pericotes que París; cuando, mientras cargaba el teléfono en una estación solar que hay a metros de la legislatura, vi salir a una joven que me llamó mucho la atención.

No muy alta ella, tampoco baja. Tenía cabellos un tanto decolorados, y caminaba apresurado rumbo hacia el centro. Cuando pasó por mi lado pude divisar un tatuaje, un león con camiseta de River. "Raro", pensé. Generalmente, en administración pública no suelen exponerse las obras de arte que muchos llevan plasmadas en su piel.

Curioso, me acerqué hasta un guardia que se encontraba en las escaleras del acceso trasero de la Legislatura que, al igual que yo, había quedado sorprendido por tal presencia en la Cámara de Diputados.

"Ni idea Tincho. Preguntale a Tito Rosca, el debe saber", me dijo sin siquiera voltear a verme. "Ahí está en el despacho de Curá". Aunque mi curiosidad era grande, mi tranquilidad mental me decía que no vaya en búsqueda de mi entrañable no amigo, Así que decidí seguir indagado por mi cuenta.

Mientras me retiraba rápidamente del lugar, con la poquita batería que había recargado con el panel solar, un grupo de lavadores de autos que vieron cómo yo miraba a esa joven, de forma burlista me gritaron al pasar: "¿Ta lindo el gatito de Walter, no?". La tonada delatora, aunque cómplice también, me inspiró a acercarme para tratar de saber un poquito más.

"Es la secretaria de Walter Wayar, el de Cachi. Por ahí viene a la Legi, pero generalmente lo acompaña a los canales de TV donde le saca dos o tres fotos a él, mientras ella sube de todo al Insta", sentenció.

Allí me enteré que el ex vicegobernador y posible candidato a la gobernación por parte del kirchnerismo local, quien parece haber zafado de una acusación gravísima que tuvo lugar en medio del juicio contra el productor de modas violador Pablo Rangeón, tiene una marcada afición por la práctica del "ojo alegre" y darle de comer constantemente a la vista con algunas escenas de alto contenido calórico.

"La flaquita es stripper, o algo así. Siempre baila en el caño y suele subir fotos casi en cuero. Decían que también era amante del diputado periodista, aunque no sé de cuál de los dos de Canal 11 será", remató uno de los muchachos. Ya decía el dicho, somos pocos y nos conocemos muchos.

En días de la semana, en horas calculadas.

Izamos la bandera de un grupo de piratas.

Llamadas misteriosas, encuentros clandestinos.

Hoteles alejados, lugares sin testigos.

Nos sacamos el anillo carcelero, ¡y vivimos una noche de soltero!