Martín Vestiga
Una producción de NOVA

Martín Vestiga y la relación extamatrimonial de un ministro y una concejal

Tito Rosca, el antagonista de Martín Vestiga, dos clásicos colaboradores (Dibujo: NOVA)

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.

Luego de unas merecidas vacaciones luego de una elección que parecía reñida en Salta y que terminaron con sorpresas, decidí recorrer nuevamente algunos pasillos de oficinas públicas buscando ponerme en ritmo nuevamente.

Entre tantos rumores de enrroque de funcionarios entre provincia y ciudad, el cobro de “traiciones” a los que apostaron distinto y quedarán fuera, y los billetes que quedaron sin rendir, me llamó la atención un lío de polleras que podría sacudir los pocos programas faranduleros de la televisión local.

Y no es para menos, aunque no lo banque porque es un ser despresiable y nefasto, el entrañable Tito Rosca sigue con el olfato chimentero bien aceitado y se trae algo entre manos que no puede contar por temor a represalias.

Resulta que, desde hace unas semanas, causa congoja y asombro un rumor que empezó a convertirse, muy lentamente, en información real. Es que uno de los ministros más renombrados del gabinete provincial, habría estado en una suerte de amoríos con una edil capitalina que, despojándose de su investidura de líder feminista, habría mantenido un romance con el hombre en cuestión, sabiendo que está en una relación matrimonial.

Se dice que la dama es una de las recientemente reelectas concejales que compitieron apoyando al senador provincial e intendente electo, Emiliano Durand. El tema está en que, dicho ministro, está estrechamente relacionado a un partido político que, en teoría, jugó sus cartas para la intendenta actual, aunque no llegaron a obtener banca alguna.

En esa fuerza política, que no llegó a estar entre los "primeros", estuvo también la concejala que, en las últimas elecciones, cambió de partido, jugando para la fuerza en la que milita hace muchos años y que juega a ser libre, pero están más esclavizados que los cosechadores de algodón de siglos atrás.

Lo malo, para el ministro, es que su familia ya estaría al tanto de lo sucedido y no estarían decididos a guardar silencio, a pesar de las tentativas económicas que hay de por medio. La mujer traicionada, incluso, habría decidido encarar al hombre en su despacho con la puerta abierta, dejando a secretarias de bajo rango ecuchar toda la discusión y, con eso, promover la difusión del "rumor".

No se descarta, entre tanto teléfono descompuesto, que haya habido un quiebre entre los amantes luego de conocerse este romance que podría derivar en algún mal mayor para los involucrados si se llega a confirmar que la joven política está en espera de una tercera persona.

Por lo pronto una salida elegante de lo mediático para el Don Juan sería un recambio de gabinete en donde su nombre, que no era uno de los que picaba en punta para ser oxigenado antes de fin de año, hoy ocupa uno de los principales puestos en la lista para no embarrar la gestión con escándalos de magnitudes imperdonables.

Que par de pájaros los dos…

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