Martín Vestiga
Una producción de NOVA

Martín Vestiga y la pileta infame del futuro vice de Salta

Martín Vestiga, un fiel colaborador de NOVA. (Dibujo: NOVA)

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.

Asediado por los mensajes de colegas y amigos del norte que pudieron acceder al Programa Acompañar haciéndose pasar por integrantes de "La Comunidad" para ligarse unos pesitos más, me propuse el fin de semana en ir hacia la caldeada Tartagal.

Lamentablemente, mientras yo estaba buscando a Carla Cordero entre medio de los árboles de mango y palta que hay a la vera de la ruta 34, el imbancable de Tito Rosca, tedioso por naturaleza, me mandó un audio contándome que la ex chica fitness seguía de vacaciones en Capital tras ser apartada del cargo.

Ya en el norte, con un calor abrazador que bien podría reflejar lo que viven los cataríes en el mes de julio cuando debía llevarse a cabo el mundial de fútbol, traté de buscar algún lugar para ver cómodamente el partido de Argentina contra México.

Tras comer unas empanadas en un puestito cercano al puente de avenida Packham, encaminé rumbo hacia el complejo municipal. Claro, yo estaba seguro que la municipalidad tartagalense había dispuesto, tal vez, algún evento para que la gente pudiera disfrutar del partido fuera de casa, pero no; todo lo contrario.

Con los equipos en cancha, no tuve más opción que ingresar en un tugurio cercano al Hospital Perón por si me pegaba de vuelta el sol como en una de mis últimas excursiones a estas tierras.

Llamativamente para mí, aunque no era un lugar demasiado acogedor, sí debo decir que la gente fue muy hospitalaria. A pesar que no tenía encima mío una camiseta de la selección, algunos se coparon y en la segunda parte, con varias cajas arremangadas encima, algunos hasta me pasaban el pingüino con Malbec baratísimo para cortarlo con alguna gaseosa que se me antojara.

Tras el partido y con la calma luego de los festejos por la victoria, uno de los comensales, que bebió más de lo que comió en realidad, comenzó un interrogatorio hacia mí. Le interesaba saber qué hacía en Tartagal.

Cuando le conté la verdad, animado por los tragos que había consumido y que despiertan en mí cierta verborragia. "Jajaja, ustedes los salteños (concluyó que soy de Salta porque le dije que venía de Capital) son bien opas, acá pasan cosas bien jodidas pero se centran en el puterío de polleras que arman las amigas del intendente", empezó a decirme mi interlocutor, también excedido en extractos de uvas.

Sorprendido, opté por hacer algo que pocas veces los periodistas hacemos en sobriedad, y es escuchar atentamente sin interrumpir. "Eso lo armó Natalia (Loria), no el amanerado de Arce o Ernestito. Ella no la banca a Cordero y casi se agarran a guantes 'el otro día' (expresión que no especifica ni aproxima la fecha de un hecho que puede haber trascurrido en el pasado muy lejano o con horas de antelación). Ya venía turbia las cosas y pesó más la nueva que la ex, por eso mandaron a perder a la gritoncita", expresó este amigo que, a posterior, me confesaría que es un asistente de una funcionaria también de peso dentro del mimessismo.

"Vos tenés que investigar, porque acá nadie le da pelota, el tema de la pileta. Una obra millonaria que le regalaron a la muni y que Mario (Mimessi) la va a utilizar en la campaña, durante todo el verano", siguió. "¿Qué pileta?", pregunté.

"La que están haciendo en el predio, dicen que queda habilitada para Reyes (Magos). Se la regaló la petrolera pero no tiene una gota de agua pa' llenarla. Ahí van a ir a parar los camiones y los tinacos que mandaron con los milicos para que se llene y éste pueda presumir que él hizo la obra", contó con indignación mi amigo antes de retirarse porque lo esperaba un familiar afuera para llevarlo a casa.

Con muchas dudas, decidí irme a duchar y pensar en lo que había escuchado, y recordé que, casualmente, este marte diputados tratan la emergencia hídrica, con lo cual se tendría que controlar el uso del agua, además de implementar alguna política para llevar agua a los vecinos de toda la provincia.

Sin agua en el norte, ¿cómo se va a llenar la pileta si no es a costa de los vecinos? Qué buen tema para tratarlo, lástima que ni una ducha podés darte en inmediaciones a la casa de Mario René porque no hay presión y con jarrito la ducha es bien aburrida. Ya saldrá algo más de la pileta de la infamia.

Pasó de moda el Golfo.
Como todo, ¿viste vos?
Como tanta otra tristeza,
A la que te acostumbrás.

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