Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.
"Triste" después de haber degustado algunas porciones de locro bien patrio por el 25 de mayo, y con una modorra que toda persona de bien conoce después de comer como si se acabara el mundo, me dispuse a hacer una siesta bien norteña, de esas que dan gusto y uno se despierta sin saber siquiera el año en el que estamos. Llegando a casa, suena el teléfono. Era una llamada, una llamada por WhatsApp. Con los ojos entrecerrados pude ver el remitente y dudé en contestar. Era Rosca, Tito, ese nefasto ser que seguramente sospechó de mis intenciones de despuntar las patas de la cama que tenía, y por eso molestaba durante este feriadito.
- "¿Qué pasa Rosca? Sos tan miserable que llamás por acá con la poca señal que hay" le dije.
- "No se enoje mi amigo, que todo pasa por algo" me respondió.
Sin mucho ánimo, y mucho menos ganas de hablar con alguien detestable durante un día de descanso, seguí atentamente lo que me chusmeaba. En cierto punto, la breve charla se tornó muy llamativa, por lo que decidió prestarle atención.
- "vos que andás con eso de los AP de la Cámara, ¿sabés lo que se dice de Fabio?"
- "sí, que lo denunciaron y que la acusación fue levantada por la denunciante" le expresé.
- "Nooo" me dijo exaltado, "fue todo humo. La denuncia sigue y encima la ampliaron. Quisieron desviar la atención. Pero hay más" aseguró.
- "No es por ser chusma, pero las malas lenguas de la Mitre aseguran que entre la chica y Fabio pasaba algo. Ahora la quieren tentar para que el ‘dipu’ sea como un padrino para la criatura, pero hasta que no haya algo por escrito no van a aflojar. Averiguá" y cortó.
Si tan solo hubiera llamado ayer, cuando en sesión estaban todos con el problema de Sansone y las denuncias a la Juárez, agarrábamos a alguno descuidado.
