Zigarán estaba confiado que Mimessi iría como candidato a vicegobernador de la provincia, pero desde el círculo rojo le bajaron la caña y no le quedó otra que anotarse para un período más en la intendencia. Con esta decisión se esfumaban las chances de que sea el interventor el que compita por la municipalidad tartagalense y cabía la posibilidad de que sea incorporado en la lista de buena fe para la Cámara de Diputados. Nada de eso ocurrió, el apodo felino acordó la permanencia de su amigo y socio de romances, Matías Monteagudo, en la legislatura y Adrián quedó fuera de todo armado.

Tras esto se despachó con publicaciones de mujer dolida u hombre despechado, con frases y mitos que hablaban de la lealtad mediante un apretón de manos y de cómo se perdió el valor de la palabra y los "pactos de caballeros". Es tanto el enojo que hasta suprimió las fotos en sus redes sociales en las que aparecía junto al radical. ¿Habrá reconciliación?

Luego de ello se le sumó el escándalo protagonizado por su ex amante y otrora funcionaria del gabinete, Carla Cordero, quien quedó más expuesta en la causa de corrupción con los programas Acompañar, destinados a víctimas de violencia; tras la difusión de audios comprometedores en donde deja expuesto el manoseo a las arcas públicas y a la dignidad de sus víctimas a quienes les cobraba una cuota mensual de 10 lucas por darles el plan social. La joven, quien se encuentra bajo tratamiento por su adicción a las bebidas alcohólicas, y a quien se puede ver a menudo bajo los efectos de alguna otra sustancia, sigue desaparecida de la vida política de Mimessi y de su ex pareja, Matías Monteagudo, con quienes supo compartir campañas, caminatas, reuniones y otros menesteres años atrás.

Finalmente, uno de los últimos golpes antes del cierre de listas estuvo relacionado con una de sus funcionarias de mayor peso. Mirta Miller supo ser Secretaria de Servicios públicos desde que Mimessi es intendente. Aunque comulga con otro tipo de ideologías políticas, la mujer supo ser uno de los pilares de la gestión del radical y es la cara visible de una de las estrategias más comunes de todo político a la hora de hacer campañas: las obras.

Se dice internamente que su renuncia, tras una acalorada discusión en la municipalidad que no se fue a las manos, pero sí terminó en puteadas a altísimo volumen; tendría como desencadenante a una de las parejas sentimentales del felino alcalde: Natalia Loria. Según mencionan en el norte, "La Loria" es la debilidad de don Mario y éste le cumple los caprichos, como nombrarla funcionaria después de que no estuviera ni cerca de acceder a la Cámara de Diputados de la Nación, o incluirla en la posible lista que llevará a Monteagudo o ella como cabeza de lista a la legislatura provincial, dejando fuera del armado a Miller que, al mejor estilo Zigarán, se fue tirando veneno a diestra y siniestra, y amenazando con mudarse al frente en donde asoma lentamente Franco Hernández Berni para suceder a Mimessi.