Política
Secretario de Gobierno municipal

Llamado a la solidaridad: se busca dar con el paradero de Benjamín Cruz

Benjamín Cruz, desde que salió de Provincia y se recluyó en la Municipalidad de Salta, no se sabe nada de él, y mucho menos tras el resonado crimen que lo tiene en el foco de la tormenta.

El ex secretario de Seguridad de Salta, y actual secretario de Gobierno municipal, se encuentra como Chuck Norris, desaparecido en acción, desde inicios del mes de septiembre cuando se conoció que él fue uno de los artífices de que un hombre, que apareció por esa fecha degollado y con cinco disparos en la cabeza, visitara tres meses antes de su fatal desenlace, a uno de los delincuentes más peligrosos que la provincia haya visto en los últimos años.

Desde antes del Milagro, nadie sabe nada de Benjamín Cruz, salvo que habló con algunos medios de comunicación para escudarse en que su silencio, estaba arraigado en el secreto de sumario que sigue siendo bastante impermeable. En esa ocasión, apuntó contra Ángel Sarmiento, el funcionario a cargo de las Políticas Penales de Salta, y "movió" las fichas para que éste sea imputado por revelar cuestiones que ponen en riesgo a la seguridad pública.

Claramente la seguridad pública es lo que menos peligra en casos donde se involucra la mafia, las drogas, la política y el poder y, con tramas que ya tomaron ribetes nacionales, ahora fue una abogada la que pidió por la "cabeza" de Cruz. Resulta que, no solamente pidió que dejaran ingresar a Monges a visitar al sicario Díaz, sino que también fue el entonces secretario de Seguridad el que pidió el ingreso de familias a ver al detenido que estaba, en ese entonces, incomunicado.

Ahora será la justicia federal la que, al igual que en la causa de "Facturas Truchas", deba investigar un caso donde podrían estar involucrados funcionarios en ejercicio y, en este caso puntual, aceptar o descartar el pedido de la letrada para que llamen a indagatoria al ex secretario de Seguridad, Benjamín Cruz, y a otros dos funcionarios de rango mucho más bajo.

Por lo pronto, y debido a que se mudó hacia uno de los barrios privados con mayor seguridad que existe dentro de la capital salteña, Cruz sigue sin atender las consultas de los medios periodísticos que lo buscan y que, si no fuera por la lejanía de la nueva vivienda, tendría un acampe de algunos reporteros tratando de obtener su palabra respecto a los casos de mafia más sangrientos que se presentaron en los últimos tiempos. Por ahora, no sabe, no contesta.

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