Política
Desafortunadas declaraciones

Laura Cartuccia dejó ver su odio de clase y aporofobia

Que Laura Cartuccia es medio impresentable no quedan dudas. Ahora, que encima diga que embandera los derechos de los más necesitados, de las mujeres y de la justicia social, eso si que no se lo cree nadie.

La legisladora que pretende, o juega a ser candidata a intendenta en 2023, realizó un desafortunado comentario en sus redes sociales dejando en claro su posición en cuanto a la gente pobre en lugares top del capitalismo local como lo es el Shopping Alto Noa donde le tocó presenciar situaciones que no fueron de su agrado. Sorpresivamente, aunque se entiende que están en vacaciones y por ende no laburan ni aunque los obliguen, el resto de diputados salteños no se manifestó al respecto de los dichos de la mujer del PRO y afiliada del Partido Justicialista. Dicen que Evita se retuerce al oír que esta casta política es peronista.

Que Laura Cartuccia es medio impresentable no quedan dudas. Ahora, que encima diga que embandera los derechos de los más necesitados, de las mujeres y de la justicia social, pilar fundamental de la doctrina política que profesa, eso si que no se lo cree nadie. La diputada más saencista que tiene la provincia de Salta, más papista que el Papa dirían las abuelas, volvió a hacer gala de su incontinencia textual al utilizar sus redes sociales para plasmar el odio de clase y la fobia a los pobres que esconde detrás de su oxigenado look y carita de niña bien.

El sábado por la noche, y al parecer tras visitar el paseo de compras, Cartuccia se quejaba que en el Alto Noa no había guardias de seguridad, que había vendedores ambulantes en el interior y también gente pidiendo. No conforme con plasmar su enojo, etiquetó al centro comercial para que los administradores de esa cuenta de red social vean el reclamo público de la "representante del pueblo". Claramente cree tener autoridad para obligar a otros a leer su comentario, su malestar social que ni siquiera fue capaz de plasmar en algún libro de quejas de manera formal.

En su descargo también asegura que no hay guardias, como disgustada por no haber alguien que separe a la gente por su condición social o económica y que les prohíba el paso de forma libre a los salteños; ya que en ningún momento mencionó que la falta de guardias se deba a hechos de inseguridad. Cartuccia cree que por ser legisladora, o tener un ingreso fijo mensual tiene algún tipo de exclusividad.

Cartuccia también criticó que en el shopping haya vendedores ambulantes y gente pidiendo "como en el centro, pero a otro precio"; como si aquellas personas que seguramente viven en índices de indigencia eligieran este estilo de vida. Como si esa imagen de pobres recorriendo el centro de compras para llevar el pan a sus mesas no la quisiera ver más que en el centro. Dan mala imagen. Aquí se pueden plantear otras cuestiones, como la Salta que quiere invisibilizar la legisladora quien, justamente, no va a una confitería del centro para evitar el contacto con la clase baja, negando que en toda la provincia tenemos gente "pidiendo" para subsistir. ¿Acaso está bien que la gente esté mendigando en el centro y no así en un shopping? Sin dudas el tema de pagar un poco más, según ella, le concede derechos o privilegios con los que no contaría en el centro de la ciudad.

Igualmente, preocupa el silencio que mantienen legisladores, opositores y oficialistas, amigos y no tanto de la rubia que supo cobrar cuatro sueldos de la administración pública al mismo tiempo, denunciada por violencia laboral, quien insultó a docentes y luego huyó por una ventana de la Legislatura dando un penoso espectáculo que recorrió el país, quien no contó con el voto popular sino que ingresó a la Cámara por descarte tras la renuncia de Martín de los Ríos. Estamos en vacaciones, en feria judicial, en receso legislativo. Seguramente esto queda en la nada misma, aunque sea incluso más grave que el bailecito de Exeni en el recinto y que fue duramente criticado. La doble moral le llaman.

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