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Graves acusaciones

La violencia de género tapó los hechos de "maltrato laboral" dentro de la Cámara de Diputados

Mónica Juárez, a quien una empleada legislativa de la Comisión de Salud la acusó por malos tratos, pidió que se apliquen medidas contra Juárez y se garantice un ambiente laboral sano.

Contra Daniel Sansone, todos; contra Mónica Juárez, nadie. La hipocresía que manejan los políticos salteños es demasiada.

Tanta que, amparándose en una problemática social que sigue dejando a la provincia de Salta como una de las más violentas del país en perjuicio de las mujeres, con miles de denuncias e intervenciones al año, y en el ranking de los crímenes contra ese género; los legisladores dieron un tratamiento diferencial a dos denuncias que ingresaron esta semana a la Legislatura.

Una involucra al empresario de la construcción y legislador, Daniel Sansone; la otra a la ex conductora de TV y par del mismo, Mónica Juárez. El primero de ellos fue el que tuvo el caso más resonante, sí. Pero no por ello debería ser considerado más o menos importante. El hecho de que haya tomado estado público una discusión que podría haberse dado en el ámbito privado, no es menos grave que los malos tratos que se dan entre cuatro paredes, eso está sin discusión.

Lo que no se entiende es el trato diferencial con el legislador, hoy más opositor que varios de otras líneas políticas, que hace ruido en los mismos legisladores que ven como desde el sector oficialista intentan instalar con mayor fuerza el rechazo a la supuesta violencia de género, que el repudio por los actos de corrupción.

De hecho, eso mismo quedó evidenciado esta semana cuando Sansone, recibió en pocas horas un repudio generalizado por parte de sus pares, de algunas organizaciones feministas, y hasta de la justicia que salió a pedir a los legisladores que resolvieran rápido los pasos a seguir con el diputado.

Curiosamente, quien solicitó una comisión evaluadora por la actitud de Sansone padre que, reiteramos, no son menores; fue otra legisladora polémica y recientemente denunciada ante la Cámara de Diputados, Mónica Juárez, a quien una empleada legislativa de la Comisión de Salud la acusó por malos tratos, pidió que se apliquen medidas contra Juárez y se garantice un ambiente laboral sano. Dicho expediente descansa en el despacho de Esteban Amat, presidente del cuerpo.

La mujer en cuestión acusó a "la diputada más votada" de reiterados actos de violencia y maltrato en perjuicio no solamente de ella, sino de distintos empleados públicos, pero a los legisladores eso no les importó y no hicieron nada al respecto.

Resulta ser que por la mentalidad "machista" que tienen en Salta, es más importante dejar afuera a un diputado que se insultó a más no poder con un personaje nefasto de la política local, como Liliana Mazzone; que erradicar cualquier acto de violencia, incluso entre personas del mismo sexo. Sin Sororidad, diría la Martita César, que también anda calladita sin expresarse sobre las acusaciones a Juárez.

La doble moral, la doble vara; o simplemente la diferencia entre lo urgente y lo importante. Lo primero es atender las demandas populares, si. Pero lo importante, para muchos, pareciera ser querer hacer quedar a la Cámara como re "progre" y con conciencia de cero violencia, y no investigar la corrupción de Fabio Rodríguez que, por cierto, sigue disfrutando de las mieles de los AP que cobrará la próxima semana.

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