La provincia con récord de intendentes chorizos

Si tenemos que hacer un listado esta nota demandaría demasiado espacio. La provincia de Salta podría tener el triste récord de la mayor tasa de intendentes denunciados, procesados o condenados por habitantes. Al menos eso es lo que parece si uno comienza en la fecha y hace un recuento de tan solo los últimos diez años.
En este momento los carteles los tiene Atta Gerala, ex intendente de Coronel Suarez (Estación Morillo). Para quien no conozca, es un municipio que se encuentra en pleno Chaco Salteño, una de las zonas más pobres y postergadas del país. Allí han muerto niños desnutridos, y esto no es una exageración.
El final del perdurable Gerala, quién fue uno de los históricos del NOA, llegó el 19 de mayo del año pasado, cuando la auxiliar fiscal señaló que el personal policial de la localidad de Padre Lozano había detenido dos camiones que transportaban 180 rieles sin ningún tipo de documentación que abalara la propiedad de tamaño cargamento.
Los choferes de ambos rodados, sin titubear y ante la gravedad de la situación, no temblaron en reconocer que habían sido contratado por Atta Gerala para trasladar la carga desde el paraje de Pluma de Pato -Morillo- hasta Pichanal.
De allí en adelante, todo fue en caída libre para Gerala, hasta la semana pasada, cuando la fiscalía amplió detalles probatorios y el Juez que atiende en la causa, Gustavo Montoya (Juez Federal de Orán), concedió la ampliación de la imputación, aunque con ciertos mimos hacia los principales señalados, a quienes concedió el beneficio del arresto domiciliario.
En resumidas cuentas, Gerala y parte de su familia, más un comerciante de San Ramón de la Nueva Orán, desguazaban vias de tren. Tendidos completos, con el fin de comercializarlos como supuesta chatarra. Desarmar, transportar y vender, un negocio redondo que, en caso de revitalizar los ramales, acarrearían graves problemas. Gerala robaba pedazos de Estado, el y su familia desguazaban la patria.
Un hecho similar se vivió a escasos kilómetros de allí, en Aguaray, en donde otro intendente ya fue declarado culpable, pero no por robar rieles, sinó por desguazar un gasoducto. Pero esa es otra historia, y será contada.