La policía de Salta atraviesa uno de los momentos más tensos debido a dos casos que sacudieron al ambiente policial esta semana y que ambos ponen en el ojo de la tormenta la salud mental de los trabajadores de la fuerza.
La madrugada del sábado pasado José Dante Rosa de 37 años de edad que se desempeñaba en la fuerza como sargento, fue encontrado muerto dentro de una garita en Las Costas, localidad cercana a la capital provincial en la que se encuentra la residencia oficial del gobernador. De acuerdo con los primeros datos que trascendieron, el efectivo era parte de la custodia del predio de la Gobernación y fue encontrado sin vida con disparo de arma de fuego en el lugar de trabajo.
Según fuentes extraoficiales, el sargento se habría quitado la vida a raíz de una denuncia que pesaba en su contra por violencia intrafamiliar y que, al momento de los hechos, Rosa estaba a punto de ser detenido por esa causa.
El caso quedó en manos de Fiscalía, quien hasta el momento no brindó mayores explicaciones.
Llamativamente, y con la diferencia de solo 24 horas, otro caso sacudió a la sociedad de Salta. La noche del domingo, un aspirante identificado como Facundo Maita de 21 años de edad, policía de segundo año fue encontrado sin vida en las instalaciones de la Escuela de Suboficiales de Salta, ubicada en la zona sudeste de la ciudad, mas precisamente en Villa María Esther.
Según testigos, el principiante habría sido enviado a realizar tareas de limpieza en la sala de armas por uno de los oficiales a cargo. Cuando llamaron a todo el personal al finalizar las actividades, se dieron con la novedad que el joven no estaba, inmediatamente se dirigieron al lugar en cuestión y se encontraron con Maita muerto a causa de una herida con arma de fuego en la cabeza.
Este último caso, tiene muchas incógnitas que no están siendo resueltas por la Fiscalía, como, por ejemplo, la misteriosa desaparición del teléfono celular de Maita y el mensaje escrito que se halló al lado del cuerpo donde decía que revisen el dispositivo móvil.
La familia del joven sostiene que Facundo era una persona llena de proyectos y que su mayor sueño era pertenecer a la fuerza, además que ese día no tenía que estar de servicio, sin embargo, una llamada de improvisto lo obligó a retirarse de su domicilio para asistir a la institución, es por eso que desde ese lado descartan la posibilidad, de un suicidio.
Otras de las hipótesis es que el aspirante descubrió algo que las autoridades de la institución pretendían ocultar y que eso le costó la vida al muchacho que fue víctima de una trampa que lo condujo a la muerte.
A todo esto, el ministro de Seguridad, Marcelo Domínguez, no se pronunció al respecto y mucho menos reconoció que la mayoría de los policías que integran la fuerza de la provincia, acuden a este trabajo por necesidad y la inmediatez de insertarse en un trabajo que les garantice, un sueldo en relación de dependencia y una prestación social para sí poder sostener a su familia.