Insisto con la definición “no deberían” porque aquí nunca se sabe hasta que las listas cierran. Durand está cómodo en el CCM, construyendo aprobación mediante obras constantes, que a veces hasta provocan el disgusto de los salteños (paradójico), Sáenz, en tanto, tiene demasiadas responsabilidades con las cuales lidiar, y sus funcionarios no ayudan en esto de darle al mandatario algo de tranquilidad que lo saque de la constante y desgastante tarea de andar apagando incendio, no hace falta hablar del tema IPS, por caso. Y la joven y bella María Emilia, que jamás detiene la campaña (para bien o para mal) no podría sortear una candidatura cuasi testimonial, para luego ser candidata a gobernadora o vice al corto plazo, y ella lo sabe.

Más atrás los números puestos. Desde Pamela Caletti, a Emiliano “Problemas con la Justicia” Estrada, o el propio Sergio, osos Leavy, todos justicialistas, pero unos más kirchenristas de otras, vencen mandato, por lo que o buscan renovar o regresan a sus casas en busca de algún trabajo honesto. Los dos últimos, de hecho, con sentencia casi firmada a falta de votos reales y el quemo de ser un candidato K en la era post albertista.

Juntos por Cambio está clínicamente muerto, y en tanto no se demuestre lo contrario, las chances: 1° de que se pongan de acuerdo, y 2° que hagan una elección que supere al Partido Obrero, son nulas.

Los ex gobernadores, Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey, pueden llegar a ser parte. Si bien Romero no es digerido por los Libertad Avanza, viene siendo útil a Milei en el Senado nacional, pero se le vence el mandato y los delfines no lograron caer en consideración del sufragante. El argumento es que se los considera “casta”, dato curioso si tenemos en cuenta a quienes integran el espacio de Milei en Salta. Urtubey, en tanto, puede llegar a ser una opción vendible desde el justicialismo salteño, pero intervención mediante, el aparato requiere de permisos desde Buenos Aires, y allí la cosa está más turbia que el río Arenales.

¿Al oficialismo provincial le conviene pasar desapercibido? ¿A la municipalidad capitalina también? Son tiempos álgidos de prueba y error en Buenos Aires, y el arco no alineado se apoya, de momento, en un estrepitoso fracaso de Javier Milei, ultra anunciado desde antes que "El peluca" de la motosierra asuma, pero jamás termina de cuajar.

Sin embargo, y aquí está el dato, no hay un solo referente que logre concretar la imagen del presidente en el voto, La Libertad Avanza es un espacio cada vez más personalista y ni siquiera el vocero Manuel Adorni logró acercarse a ese 50% de intención de votos que las encuestas aún muestran. Javier Milei es Javier Milei, y el resto acompaña callado, eso tiene un precio.

Así nos encolumnamos en la línea de largada de otro semestre electoral, pero esta vez con muchas cosas en juego, no tanto por lo nacional, sino por la forma en que la gravedad electoral acomodará los melones tras el sacudón de octubre, que visto así como está ahora, no está para nadie, aunque parezca lo contrario.