Política
Guerra y Salvatierra recibieron lo suyo

¿Justicia divina? Dos intendentes que golpearon a sus esposas perdieron las elecciones

Mario Guerra y Sergio Salvatierra son dos jefes comunales muy cuestionados en la provincia de Salta. Ambos han sido denunciados por violencia de género por sus ex parejas.

Mario Guerra y Sergio Salvatierra son dos jefes comunales muy cuestionados en la provincia de Salta. Uno más veterano, médico de profesión, supo ser denunciado a inicios del 2021 por su pareja que luego de aprietes terminó levantando la acusación. El otro, más joven, sometió a vejámenes a la madre de sus dos hijos más chicos y la engañó con una mujer a la que colocó como funcionaria comunal. Ambos casos fueron resonantes, pero la justicia decidió dar vuelta la cara. Vamos por parte.

El 8 de febrero del 2021 la ex pareja de Jorge Mario Guerra, actual intendente del municipio Colonia Santa Rosa, en el norte provincial, denunció al jefe comunal en una comisaría por violencia de género. Además, solicitó a la Secretaría de Trabajo de la provincia que intervenga para que Guerra le abone los sueldos adeudados durante años por trabajar como secretaria en el consultorio médico que tiene el alcalde.

La mujer, hoy de 46 años de edad, contó que los hechos de violencia son de larga data, pero empeoraron en el 2020 durante los meses de aislamiento por la pandemia. Resulta que el hombre tenía problemas en el municipio, pero se desquitaba su casa, en donde vivía el jefe comunal desde el 2017. El vínculo de ambos finalizó por los hechos de violencia que la mujer sufría en las calles de Colonia. Este la despidió del consultorio y ella trabajó por unos días en una panadería en donde también fue violentada, golpeada y subida a una camioneta contra su voluntad. La supuesta Justicia nunca hizo nada en estos años. Ella fue obligada a levantar las denuncias.

Otro anti mujeres es el actual alcalde de General Güemes, Sergio Salvatierra, quien tiene en su prontuario denuncias reiteradas de su esposa y madre de sus dos hijos más pequeños, por hechos de violencia física, verbal, psicológica y económica. El escándalo sacudió a la localidad güemense a mediados de enero de este año, cuando la joven mujer publicó un video en redes sociales en donde contó el calvario que vivió por meses. La denuncia pública se hacía luego de descubrir las infidelidades del jefe comunal que la engañaba con otra funcionaria de su gabinete.

Tras esto, Salvatierra golpeó a la joven Del Moral delante de sus hijos, hecho que fue denunciado, lo que le costó que pesara sobre él una prohibición de acercamiento a la víctima. A pesar de ello, se las ingenió para hacerle vivir un martirio a ella y sus hijos ya que fueron desalojados de la vivienda que habitaban, propiedad del padre del intendente, quien los echó sin reparos a la calle, a pesar de que uno de sus nietos tiene discapacidad.

La Justicia hizo oídos sordos a los pedidos de prisión para el sujeto, de destitución de su cargo; y arremetió contra la denunciante y todos aquellos que la apoyaban, como concejales y periodistas, que recibieron amenazas por parte del entorno de Salvatierra quien, no conforme con las medidas restrictivas, violó la perimetral en reiteradas ocasiones.

Ambos jefes comunales, cuestionados hasta el hartazgo, al menos tuvieron una dosis de justicia divina, si se lo quiere llamar así, ya que ninguno de los dos renovó su mandato y entregarán el mando el próximo 10 de diciembre.

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