Panorama Político Salteño
¿Se hará Justicia?

Gustavo Zanchetta, el ex obispo amigo del Papa Francisco que está al borde de una condena

Una de las manos derecha del Sumo Pontífice se encuentra a nada de perder su libertad. (Dibujo: NOVA)

Los abusos en la Iglesia podrían tener un condenado que supo habitar por algunos años el suelo salteño. La entramada red de curas y sacerdotes que intentaron impedir que el caso salga a la luz, habrá sido en vano si los integrantes del Tribunal del Juicio de la localidad de Orán deciden el próximo martes imponerle una pena ejemplificadora al ex obispo de aquella ciudad, acusado por sus subordinados de abuso sexual.

Masajes, besos en el cuello, tocamientos y más contra el cura que ya había causado desmanes en la localidad bonaerense de Quilmes, pero que nadie escuchó, mucho menos después de ser acomodado por un recientemente asumido Jorge Bergoglio.

El ingreso del público y del periodismo estuvo censurado. Desde el Poder Judicial dispusieron que las audiencias en contra del ex obispo de Orán se lleven a cabo a puertas cerradas. Solamente se permitirá el ingreso, en teoría, el próximo jueves 3 de marzo a las 10.15 de la mañana, fecha en la que se llevará a cabo la lectura de los alegatos en contra de Gustavo Zanchetta, quien en la última semana recibió un cachetazo que no esperaba.

La causa se lleva adelante por el abuso sexual simple denunciado por 2 ex seminaristas de Orán, quienes luego de ser examinados por una perito psicóloga del Poder Judicial, demostraron haber tenido indicadores de haber sido víctimas de estos abusos.

Fueron varios los testigos que complicaron al cura a quien señalaron de dar besos en el cuello y abrazos prolongados a los seminaristas, al mismo tiempo que les solicitaba que le realizaran distintos tipos de masajes.

Uno de los denunciantes, según lo declarado por la psicóloga Rossana Brígida Otaiza, presentó indicadores de haber padecido situaciones de victimización sexual, y se le hacía complejo que manifestara lo que había vivenciado; entre otras cosas.

"Al referirse a los hechos, manifiesta que se sentía muy movilizado porque cada vez que hablaba de esto era como revivirlo. Después terminaba somatizando" afirmó la profesional al tiempo que refirió que el denunciante presentaba a posterior mareos, vértigo, contracturas y dolores musculares. La profesional aseguró que la víctima adujo que el tiempo que pasó en el Seminario Juan XXIII de Orán, fueron "6 años de su vida perdidos".

El segundo de los denunciantes, afirmó que Zanchetta, en una actitud completamente perversa, le propinaba besos en el cuello. Incluso, en una ocasión que habrían estado viendo películas en horario nocturno, el depravado lo acariciaba por el cuello y luego lo hizo por debajo de la camisa del joven.

De los muchos testimonios que se dieron en esta semana, uno de los que más sorprendió fue el de un ex seminarista que afirmó que sus ex compañeros, se sentían incómodos al ver que Zanchetta iba todos los días a visitarlos.

Además, recordó un incidente cuando, en una parroquia de Rivadavia, el sacerdote les afirmó que "una culiada no se le niega a nadie", refiriéndose a una mujer que hablaba, aparentemente, con él; dejando a todos sorprendido.

Luis Scozzina, actual obispo oranense y famoso por los desmanes que causó en plena pandemia por el coronavirus, también fue nombrado por este testigo quien afirmó que fue él quien les presentó un abogado a los seminaristas para que fueran asesorados en el tema canónico y civil. Ese abogado resultó ser nada menos que el defensor oficial Enzo Gianotti, quien por estos días asiste al sacerdote denunciado.

"Insinuó abrazarme por atrás, pero no me dejé". Así recuerda un diácono a Zanchetta de quien declaró haber visto como jugaba "con el dedo en la boca" de los seminaristas, en una situación incómoda que incitaba al (lo que él interpretó) sexo oral.

El suceso del abrazo frustrado se habría dado en un río de la localidad de Esquel, a la vista de todos. Otra vez se despertó con Zanchetta sentado a la orilla de su cama. Ante los reclamos, el obispo los amenazaba diciendo "yo te puedo correr a vos", y les aseguraba que él les iba a proporcionar el afecto que los seminaristas nunca habían tenido.

Un ex administrativo del obispado de Orán contó que presenció distintas situaciones irregulares con Zanchetta. Una de ellas es que el entonces Obispo tenía un seminarista "preferido" a quien llevó a vivir a su casa donde pernoctaba y trabajaba en una oficina. Incluso el sacerdote llegó a regalarle una computadora, pero llamativamente, el joven dejó el Seminario. Zanchetta habría enviado al testigo en dos ocasiones a buscarlo para convencer al seminarista que vuelva, pero éste se negó a hacerlo.

Gustavo Zanchetta, a quienes muchos consideran como un "hijo espiritual" del Papa Francisco I, negó los abusos y aseguró tener una buena y sana relacion con todos los seminaristas.

Además, afirmó que la denuncia la habrían realizado en forma de "venganza", según lo que le habrían informado otros tres sacerdotes. El ex obispo podría enfrentar una pena de entre 3 y 10 años de prisión por los delitos por los que se lo acusa.

En julio del 2013, el recientemente nombrado Sumo Pontífice, Jorge Mario Bergoglio, lo nombró Obispo de Orán y luego fue nombrado como asesor del Apsa, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, en diciembre de 2017. Fue suspendido de ese cargo un año más tarde al trascender la existencia de acusaciones en su contra.

Residió hasta hace poco en Santa Marta, el mismo hotel para eclesiásticos donde vive el Papa. Francisco, un amigo muy cercano a Zanchetta que, para los más optimistas, podría recibir una condena "ejemplar" que lo dejaría suelto en las calles si le llegaran a dar la mínima. La Justicia tiene en sus manos la fe de creyentes y no creyentes que quieren e imploran justicia por los abusos en esta y muchas Iglesias.

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