Política
La política no es para tibios ni lerdos

Guerra contra Guerra en Colonia Santa Rosa

Jorge Mario Guerra, el intendente de Colonia Santa Rosa.

Los concejales denunciaron al intendente de aquella localidad y pidieron que vuelva el "Pichi". Jorge Mario (no Durand, sino Guerra) aseguró que si el municipio no recibe buenos ingresos el sueldo de los ediles se dejará de pagar de forma definitiva. Aunque los concejales caminan por las paredes de la rabia que portan por estos días, otros aplauden la medida del jefe comunal ya que los ediles no serían muy habidos en eso de laburar, mucho menos de tener un currito por aparte.

La política no es para lerdos ni tibios. Muchas veces se deben de tomar decisiones que no van a ser de agrado de un sector de la sociedad. Y si ese sector es, justamente, el político, puede tener consecuencias. Así y todo, hay quienes ni andan con muchas vueltas y arremeten contra otros sin importarles el vuelto.

Mientras los bomberos de Orán luchaban contra los incendios forestales, en Colonia Santa Rosa los que ardían eran los ediles. Resulta que, como no entra un "sope" a las arcas municipales en materia de impuestos, el intendente local decidió retener el sueldo de los concejales. En criollo, no les dio un "mango" de dieta. Los damnificados, con toda la impotencia del caso, salieron a poner el grito en el cielo en cuanto medio de comunicación les daban un espacio. Con amenazas de denuncias, que luego se concretaron, o con advertencias de iniciarle un juicio político al jefe comunal, los ediles intentaron torcer la situación, pero fue inútil. "Guerrita" se plantó en que, si ellos no le daban una mano con la actualización de la Unidad Tributaria (clave para determinar cobros a favor de la Municipalidad), no les iba a aflojar el dinero.

Tal es el descontento que tienen los concejales que, aunque su administración fue desastrosa, terminaron pidiendo a viva voz "que vuelva el Pichi", en clara alusión a Dardo Quiroga, el ex intendente que finalizó su cargo en 2015, destituido por el Concejo por su seria afición con el alcohol y por presentarse a trabajar entre San Juan y Mendoza en reiteradas ocasiones.

A pesar del malestar de la clase política de Colonia, la decisión de Guerra fue aplaudida por otro sector, el de la gente común y corriente, que aseguró que, aunque no es mucho lo que cobran, los ediles ni siquiera justifican el tener una obra social ya que, por el municipio, no hacen mucho que digamos y con suerte si se presentan a sesionar de vez en cuando. “Ni para tener un curro por aparte sirven estos” dicen los vecinos que bautizaron a los ediles como la “banda de las papas verdes”, porque no sirven ni para ñoquis.

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