Gato encerrado: Mimessi, a lo Emiliano Durand, se esconde y escapa del debate para intendentes
Los cobardes de estas elecciones provinciales quedaron expuestos con una simple acción. Al igual que en Capital, en donde al supuesto "súper candidato" Emiliano Durand le temblaron las piernas y ordenó a sus secuaces suspender el debate de candidatos a la intendencia; en Tartagal otra figura, supuestamente la más fuerte, también opta por esquivar a como dé lugar el debate con sus contrincantes electorales.
Mario Mimessi, el "Gato" como lo apodan, es el actual intendente de la segunda ciudad más grande de la provincia de Salta, y quien se convirtió en el segundo mayor cobarde político detrás de Durand. Incómodo desde que arregló con el oficialismo provincial, Marito solo se dedica a participar de algún evento junto al gobernador, a tapar afiches de sus opositores, o solamente implorar por noticias falsas contra sus contrincantes.
En este último sentido el que tomó la posta fue Franco Hernández Berni. El "pichón" de Sergio “Oso” Leavy decidió no presentarse para su reelección como diputado provincial y le pelea palo a palo la intendencia a Mimessi. Entonado por los números y el apoyo de la gente, Berni chicaneó al intendente tartagalense y lo instó a que abandone las fake news y se anime al debate. "Llegó la hora de debatir propuestas. Tartagal está por cumplir 100 años y no tiene agua, luz, médicos. Se convirtió en la capital del dengue y del piquete. Le propongo a Mimessi que debatamos" arrojó el legislador.
En medio de la campaña, en donde Mimessi es acusado de acciones poco éticas como colocar carteles en escuelas o ranchos prácticamente de indigentes; de tapar carteles de Avancemos colocando las caras de sus candidatos encima o de emitir cheques sin fondos junto a su hermano "Guelo"; ahora se conoció que el jefe comunal norteño llamó a licitación para la compra de 20.000 (veinte mil) módulos alimentarios embolsados (bolsones) los cuales fueron adquiridos solamente para ser distribuidos con fines electorales.
Asustado, el Gato evita el debate, manda a la línea de fuego a sus desgastados aleros como Margarita Rauch o Matías Monteagudo, ex de Cordero; y se escuda detrás de su teléfono desde donde ordena a sus funcionarios que aprieten a los empleados municipales para que boicoteen toda publicación en su contra y lo pinten como el mejor alcalde de la provincia. Por su negativa, y la de Durand en Capital, más de la mitad de la población provincial se queda sin conocer propuestas de quienes quieren llevar sus riendas.
