Política
El “ñoqui” VIP de Diputados

Galíndez volvió a ser "Jhonny Bravo" y participó de un torneo de fisicoculturismo

Gastón “Jhonny Bravo” Galíndez ha retornado a un viejo amor, el fisicoculturismo y algunos, por los pasillos de la Legislatura, lo alientan a seguir y dejar la política de una vez por todas.

Despreocupado de la vida, como si no le debiera a nadie, en las últimas horas se pudo divisar al ñoqui vip de la Cámara de Diputados y apoderado del Partido Justicialista de Salta, GastónJhonny BravoGalíndez, retornando a un viejo amor al que tenía un tanto alejado desde hace algún tiempo atrás. El porteño, nacionalizado salteño durante la gestión de Miguel Isa como intendente de la capital, participó de un evento de fisicoculturismo, como a modo de despedida antes de encarar los duros meses que vendrán más adelante con una campaña política que promete ser aún más intensa de lo que fue en 2019.

Por los pasillos de “la legis” algunos notaron algo raro en la penúltima sesión de la semana pasada. El secretario administrativo estaba más delgado, un tanto más "fisura" si aplicamos un término empleado por uno de los trabajadores del viejo edificio de calle Mitre 550, e incluso con la piel reseca, al punto que hasta llegaron a bromearle con prestarle la Nivea que lleva en la cartera Mónica Juárez a todos lados junto al alcohol en gel aromatizado. Algunos se preocuparon, y otros directamente no le llevaron importancia al tema.

Resulta que, Gastón Galíndez no estaba teniendo algún padecimiento en la dermis ni mucho menos, sino que estaba tomando litros y litros de agüita destilada para marcar bien los músculos ya que participaría de un evento de culturismo, y no podía quedar tan atrás de aquellos de los que alguna vez fue maestro y guía. Pasa que, tradicionalmente, los deportistas que consumen agua destilada lo hacen para depurar su cuerpo de cualquier toxina, llegando incluso a tomar vitaminas y complejos para reforzar la musculatura en un duro régimen que lleva entre 3 a 7 días, aproximadamente. Este proceso ayuda, además, a que se les adhiera mejor esa pintura aceitosa color ébano que suelen colocarse a lo largo del cuerpo para estar perfectamente brillosos durante la competencia.

Galíndez, cada vez más cerca del retiro a sus casi 50 pirulos de edad, sigue sin resignarse a ser un eterno “pendeviejo” como dirían los auténticos decadentes y, con toda la metrosexualidad que se carga en sus espaldas; sumado a los pocos conflictos que tiene su vida en sí más que abofetear a Antonio Hucena de vez en cuando toda vez que el “petiso” de Orán se pone belicoso, volvió a posar en cuero para las cámaras y muchos le piden, sobre todo desde la CAP, que vuelva a sus raíces y deje la política para gente que en verdad sabe de eso.

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