
Sergio Leavy, por ahora máximo referente del cristinismo en la provincia, se presentó en un programa de televisión y admitió que ese espacio evalúa apoyar al actual gobernador, Gustavo Sáenz, en su candidatura para ser reelecto el año que viene. El legislador nacional fue el máximo rival que tuvo el mandatario actual en las pasadas elecciones del 2019 y hubo hasta denuncias cruzadas.
Tras esa derrota vergonzosa en la que el Oso no logró ni causarle inquietud al ex intendente capitalino, la figura de uno de los padres fundadores del Partido de la Victoria no volvió a ser la misma y presenta una decadencia que avanza acorde al pasar de los meses.
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— Opinorte (@SaltaOpinorte) July 13, 2022
El FDT no descarta apoyar la reelección de Gustavo Sáenz, indicó Sergio Leavy en un programa televisivo el pasado fin de semana.
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Ya el año pasado fue uno muy difícil para Leavy. De cara a las elecciones legislativas de medio término, la tropa K se reveló ante los desmanejos que hacía el senador y el recientemente fallecido José Antonio Vilariño. Ambos pesos pesados desde mediados de los 2000, quedaron desgastados y devastados desde la derrota electoral humillante sufrida en 2019 y llegaban con la misma impronta, la de imponer candidatos, a un fracturado Frente de Todos que, al igual que en el ámbito nacional, atravesaba severas crisis.
Fue así que, previo a las elecciones provinciales adelantadas para el mes de agosto, un grupo de insurgentes decidió "ganarle de mano" al Oso y compañía, y se registró en el Tribunal Electoral bajo el nombre del FDT. Curiosamente, entre los partidos que componían esa alianza no se encontraban los peces "gordos" del Partido de la Victoria, el moyanista Jorge Guaymás o el desaliñado de Mauro Sabbadini.
Ese grupo de radicales K, después se pelearía entre sí y desistirían de llevar ese nombre en las boletas, por lo que su participación fue irrelevante. En las nacionales, el sector apoyó a Guaymás, el falso camionero, quien le compitió a los designados por Nación y Provincia (Estrada y Calletti), aunque luego se unió tras acordar un cargo en Transporte.
Hoy Leavy, sin Vilariño, es solamente un recuerdo. En el pasado quedó su afinidad y acercamiento a la máxima referente de su espacio, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. Desdibujado, sin fuerzas, sin posibilidades, decidió dejarse llevar, seguir jugando a la política y mantenerse en Buenos Aires donde la demanda no es demasiada.
El apoyo a Sáenz, desde su propio espacio, aseguran que le va a costar el puesto de "cabecilla" y en su lugar asumirían otros como el Tane Da Souza o el jefe de éste, Mauro Sabbadini quien, con su estilo Hippie Chic (vagabundo top, o algo así), podría competirle en desfachatez a Emilio Pérsico, amo y señor de los planes sociales que llegan a Salta.