Mario René Mimessi, el "Gatito" o el "Minino" (apodo heredado de su padre que no llevaba diminutivo), es uno de los grandísimos perdedores que tuvo la jornada electoral del 14 de mayo. Fue uno de los jefes comunales más beneficiados por la gestión provincial, que le dio una gran mano con las obras que bajaron a su municipio, y que fueron capitalizadas por el entonces radical para usarlas como artillería durante la campaña.

Fue tanto el poderío que supo mostrar Mimessi, que desde el 2021 se habló más de él que de cualquier otro funcionario provincial quitando al mismo gobernador. Los flashes se acaparaban de a cientos cuando Mario abría la boca. Obviamente, y como dice el refrán, el pez por la boca muere; aunque en este caso fue el Gato. desde inicios del 2022, su nombre era el elegido al hacer futurología sobre el supuesto candidato que elegiría Gustavo Sáenz para acompañarlo en la vicegobernación. Muchos querían anotarse en ese lugar, entre ellos Daniel Moreno de Vaqueros, Laura Cartuccia de Capital, Baltasar Lara Gros de Orán; cualquier nombre salvo el del Gringo Marocco, que terminó renovando.

Una vez entrado el 2023, y viéndose fuera del armado fuerte provincial, Mario acordó su continuidad en el segundo municipio con más habitantes de la provincia. Lanzó su reelección apretando a municipales para que hicieran bulto en sus actos; y hasta entretejió estrategias con los jefes comunales del norte, de tres departamentos distintos, compartiendo a rajatabla el espacio "peronista", muy alejado de su supuesta doctrina correligionaria.

Así fue que terminó abandonando las filas del radicalismo y se unió al oficialismo provincial, siendo candidato de una de las fórmulas saencistas, arrastrando a sus colaboradores hasta el Frente Salteño. Con su candidatura, acordó que sus alfiles Matías Monteagudo y Margarita Rauch, fueran los primeros tenidos en cuenta, lo que le costó el divorcio de Adrián Zigarán, quien se sintió traicionado porque él aspiraba a la intendencia y, en caso de ir Mario por ese puesto, solicitaba una banca en diputados. Nada de eso ocurrió.

Tanta mentira, tanta traición, sólo podía tener un saldo. Las 7 vidas de Mimessi se agotaron el pasado domingo cuando la gente le dio la espalda y cambió "Gato por liebre". Es que, rapidito, Franco Hernández Berni logró la hazaña de derrotar al poder de turno y le arrebató por 144 votos la intendencia al ex radical, rompiendo todos los panoramas latentes, y dejando hundido y bien atrás al "más fuerte" de los alcaldes salteños.

Así, los tartagalenses, única ciudad en donde no ganó el oficialismo provincial, dijeron basta a la corrupción, a los aprietes, a las amenazas mafiosas anotadas en libretas a lo Pablo Escobar, al robo con el programa Acompañar de la amante de Mario, a los amedrentamientos del juez de faltas Obeid, a los malos tratos de "su mujercita" en la muni, Natalia Loria, y a la política sucia que solo se instaló para beneficio de unos pocos que abusaron de su poder durante tres años y medio. La corrupción mató al gato, podría ser el nuevo refrán.