Roberto Dib Ashur se convirtió en el centro de varias críticas al inicio de esta corta semana que transitaron los salteños.
El actual titular de Economía de la provincia, se presentó ante la Cámara de Diputados en un cónclave que, al mejor estilo de los inicios de la pandemia, se desarrolló con un formato semi presencial y participación virtual de algunos legisladores.
Mientras desarrollaba el plan de Gobierno que tiene previsto para la segunda mitad de este 2022, explicando el por qué de la no licitación de algunas obras que ya deberían estar en ejecución; llamó la atención de los no tan honorables participantes un dato que no se ajusta a la realidad financiera de miles de hogares.
En una parte de su alocución, el ex ministro de Educación de Juan Manuel Urtubey mencionó que la desocupación en Salta rondaba el 7 por ciento, cifra que se asemeja a los datos del poco confiable Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que asegura que en la provincia la desocupación es del 6,8 por ciento.
El organismo comparó esa cifra, correspondiente recién al primer trimestre de este 2022, con la misma época del 2021; en un contexto completamente diferente al que vivimos actualmente ya que, hasta esas fechas, seguíamos con diversas restricciones a causa de las medidas impuestas por el Comité Operativo de Emergencias (COE) para mitigar los contagios de coronavirus.
Por aquellos meses, muchos rubros permanecían sin poder funcionar con normalidad, con gastronomía con aforos por debajo de la capacidad de los locales, con prohibiciones de eventos masivos que generan muchas fuentes de trabajo como festivales y carpas bailables; y hasta con una educación a media máquina que continuaba con clases de forma virtual. Obviamente, muchos de los que presenciaron el discurso de Dib Ashur, ni siquiera sesionaban de forma presencial; por lo que ni los lavadores de autos de la legislatura tenían cómo llevar el sustento a sus casas.
Lo que no pudo especificar el ministro en el cónclave, porque ninguno de los presentes fue capaz de realizar esta consulta; es saber qué condiciones tiene que cumplir una persona para no ser considerado un desempleado. La pregunta, por más que parezca tendenciosa, tiene una connotación real ya que, para muchos funcionarios, el ser vendedores ambulantes, lustrabotas, changarín o microemprendedor (como los vendedores de tortillas que Emiliano Durand promueve en sus charlas), ya es considerado un empleo.
Claro ejemplo de que los números de Dib Ashur no están tan adaptados a la realidad, son los datos aportados por el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE) cuyo titular, Jorge Paz, aseguró que los datos del INDEC, solamente miden la capital provincial (Ciudad de Salta). Si bien los datos estarían recién dentro de dos meses, se calcula que la informalidad laboral en Salta ronda el 44 por ciento.
"Con esto no tenés que festejar mucho la caída del desempleo porque quiere decir que la gente consiguió un empleo, pero de baja calidad, es decir con salarios bajos, no registrados en la seguridad social y con inestabilidad laboral", aseguró el especialista.
Solo para cerrar, en la provincia de las maravillas en las que reina Dib Ashur y sus secuaces, 4 de cada 10 salteños que tienen trabajo, lo hacen en la informalidad. Ese porcentaje del 44 por ciento, creció notablemente teniendo en cuenta que los asalariados informales, en el mismo período del año pasado, rondaba el 30 por ciento. Obviamente los políticos entran, lamentablemente, en el 66 por ciento restante, junto a sus familiares acomodados, "asesores" y demás turbios allegados.