Política
Exclusivo de NOVA

El llamado de "Don Alfredo" acomodó a Orozco para que ya no sea el candidato de Milei en Salta

La política salteña está al rojo vivo.

Todo indica que, tras brindar en medio de sus campos de olivos repleto de trabajadores precarizados, Alfredo "Cepillo" Olmedo se instalaría en Salta para iniciar la campaña de cara a las próximas elecciones.

En primer lugar, y buscando un cargo que le fue esquivo en varias oportunidades, buscaría llegar a la gobernación. Segundo (Francia, chiste), utilizaría los comicios provinciales solamente por exposición para cumplir con el verdadero propósito que es nuevamente el Congreso de la Nación.

Javier Milei es una novedad en la política. Con su discurso en contra de la "casta" sumó muchos adherentes, sobre todo gente jóven que se engloba, generalmente, entre el que trabaja, pero solicita el IFE porque está en negro, odia a los planeros pero no se identifica con la ultra derecha. En Salta, la situación es un tono distinta. Al "León" lo ven como una verdadera opción, opuesta al kirchnerismo, y más afín a Juntos por el Cambio.

Es por eso que no es de sorprender que a la "mileineta" quieran subirse algunos personajes nefastos de la política vernácula y surjan nombres como Marcos Urtubey o Gustavo Orozco.

Marcos, hijo de, intenta despegarse constantemente de la figura peronista de su padre y es un claro ejemplo del pibe de clase alta que detesta a los de más abajo y quiere llegar a la política para seguir diferenciándose. Orozco, por su parte, es el típico ex policía machista, odiador de clase, empoderaror de torturadores y, por poco, no reivindica la dictadura militar.

Con ese discurso de palo y a la bolsa, Orozco supo imponerse en Rosario de la Frontera como el candidato de Alfredo Olmedo (h), llegando a la Cámara de Diputados a pesar de las constantes denuncias que tuvo en su paso por la Brigada de Investigaciones en donde, uno de los casos más conocidos, es el de torturas a delincuentes.

Con los años Gustavo Migró, pasó del amarillo al bordó y se sumó a las filas del saencismo. Este año se divorció, se peleó, y ahora está fluctuando entre una amplia gama de colores.

Su pasado de "justiciero" lo hizo ser un candidato potable a algún cargo por "La Libertad Avanza"; pero su facilidad para adaptarse a distintas ideologías le hizo perder peso y, sobre todo, su cercanía con el hijo de Urtubey fue la que terminó nominando al ex polizonte. Pero, lo que habría cercenado sus aspiraciones de sacarse una foto de campaña con el diputado de cabellos rebeldes.

Es que en el medio se habría interpuesto un viejo y muy preciado amigo del ex comisario. Don Alfredo Olmedo, quien venía bancando parte de los movimientos proselitistas del rosarino, habría hecho "el llamado" para que el candidato que tenga la bendición libertaria no fuera Orozco, sino que su propio hijo, Alfredito, quien ya fue legislador, y al menos se mantiene en la misma ideológica desde que apareció en las primeras planas de la política hace más de una década.

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