El informe lo mostro “La Cornisa”, pero eso sirve solo para el resto del país, ya que aquí conocemos de sobra el problema. La entrega de nacionalidades a personas que no viven en el país es la mercancía de cambio para un sistema que en gran parte afecta la cosa electoral.

Claro, también las arcas públicas, nada es gratis. No solo era la salud, sino también el acceso al cobro de jubilaciones, planes sociales, asignaciones por hijo y potenciar trabajo, entre otras.

¿De cuánto fue la pérdida? Pues debería estudiarse. Pero el número contrastará duramente con la realidad cotidiana que se vive por esta parte del país.

Aguas Blancas, población que colinda con Bolivia, rio bermejo mediante, es un caso preocupante. Un poblado de siete por diez manzanas que declara tener 4.500 votantes, cuya mayoría vive en una sola calle o en calles que no existen. Aguas Blancas es un problema.

Al norte de la República Argentina, este pueblito de frontera se acostumbró a valérselas por sí mismo, pero además de provocar las consecuencias arriba enumeradas, últimamente fue noticia porque es allí en donde la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, anunció medidas polémicas para controlar el ingreso ilegal superlativo que se registra en la zona.

El domingo la provincia vota, y aquí es donde las varias denuncias cruzadas inician. Se espera que haya una fuerte presencia del ejército en la frontera, y eso sería bienvenido. Lo demás habrá que ir solucionándolo progresivamente, ya no existe lugar para donar dinero que el país no tiene.