Fue en esa inolvidable sesión cuando García, un cantante frustrado por lo poco próspera que fue su carrera como artista musical, manifestó que él tenía justificado el monto que percibe porque "casi, casi" laburaba las 24 horas del día. Pobre. No tenía tiempo para comer, o hacer sus necesidades; mucho menos de conducir su programa de radio y televisión que se emite diariamente. El trabajo lo tenía estresado.

Poco después solicitó una licencia que se extendió por dos meses y, en el medio, solicitó una prórroga sin goce de sueldo porque las críticas no tardaron en llegar. Además, los motivos no trascendían y resultó ser porque había decidido someterse a algunas intervenciones quirúrgicas para mejorar su apariencia física. Tras eso, regresó entre algodones.

Durante octubre también faltó a una sesión y no dio aviso del motivo, como suelen hacer los ediles en caso de solicitud de licencias, faltas por motivos médicos o simplemente mencionar la causa por la que no pueden estar presentes en la jornada de actividad semanal. Hizo lo mismo que este miércoles en el que no justificó su ausencia.

Con esto García Alcázar sigue sumando inasistencias injustificadas no solamente en las sesiones de los miércoles, sino que también en las actividades de las diferentes comisiones, algunas de las cuales presididas por él, que se retrasan en el tratamiento de proyectos de ordenanza o declaración que podrían ser útiles para los vecinos de la capital, sobre todo teniendo en cuenta que hubo muchos parates por cuestiones electorales, en donde muchos de los ediles se desentendieron de la actividad por su tarea proselitista, y que estamos a poco más de un mes de que asuma una nueva gestión municipal, que lo encontrará a él atornillado en el Concejo por cuatro años.