Una mezcla más confusa que las aguas frescas del Chavo Del 8 es la que se abre paso todas las tardes en la sintonía de FM Cadena Infinito en la capital salteña. La radio de propiedad mayoritaria del ex diputado y empresario corralonero, Daniel Sansone, a quien más se lo recuerda por ser padre de la peor secretaria de Cultura que tuvo la provincia en este siglo que por su actividad legislativa; satura la programación de días hábiles con personajes de la política local que mueren por un ratito de aire.
Hace pocos días la radio en cuestión cumplió su primer año de vida. Un año lleno de mucha producción, no vamos a negarlo; pero tal vez un poco sobrevalorada. A todas las luces se entiende que el único que mueve el amperímetro en la emisora es otro de los propietarios/empleados: Daniel Murillo. Tras eso, y tal vez exceptuando la previa del programa anterior, el resto carece de interacciones con los oyentes. En pocas palabras, no tiene audiencia.
Aun así, es de las preferidas por aquellos especímenes que no descansan y buscan forzar un contacto con la gente que no podrían tenerlo de no mediar los medios de comunicación. Claro, el espacio es pago, porque cuentas claras conservan la amistad, y acá todos son amigos de todos.
Personajes como Abel Cornejo, Eduardo Cattáneo (de quien hablaremos más adelante), Gastón "Jhonny Bravo" Galíndez, José "Mr. Burns" Gauffín, el "Rana" Villa, Sócrates "No Me Peguen" Paputsakis, Walter Wayar, Bernardo Solá y el mismísimo Daniel Sansone se dan tiempo de hacer sus programas para interactuar, dar a conocer propuestas, adular a algún que otro político de mayor rango, remarcar culpas de otros y hasta soñar con llegar algún día a un puesto mediante las urnas.
Solo por mencionar, Abel Cornejo, el ex juez, promociona su agrupación MIS; Rana, Gauffín y Galíndez a sus partidos respectivos; Sócrates sobre las bondades de ser saencistas y Cattáneo sobre "Principios y Valores", justo él que durante la intendencia de Isa tenía un call center con trabajadores en negro y hacinados en oficinas pagados por la Municipalidad.
En fin, al Dani Sansone no le importa la cara de sus clientes, sino la billetera. Y es sabido que no se escatima en gastos para llevar agua para el molino propio. Ahora, el efecto que pudieran llegar a tener deberá ser medido a finales de año, cuando lleguen las vacaciones, y hagan un recuento de qué tanto les ayudó jugar a los conductores de radio de cara a las legislativas.